El equipo ha demostrado muchas veces su apoyo al entrenador pero este sábado, ante el Valladolid, además de hacerlo lo escenificó. Lo hizo mediante hechos y con palabras. La situación era -y sigue siendo- límite y la cuerda en el fútbol siempre se rompe por la parte más débil pero, por si alguien tenía alguna duda, todos los gestos en Mestalla se encaminaron a una misma realidad: Marcelino tiene el apoyo de los jugadores. Sucedió justo horas antes de que Mateu Alemany y Anil Murthy se subieran a un avión para verse con Peter Lim y discutir las cuestiones estratégicas del club a corto y medio plazo, entre ellas el futuro del entrenador. Con el equipo en apuros y por momentos falto de soluciones, en el entorno hay quien se apresura a describir un proceso de descomposición. Nada más lejos de la realidad. Parejo, que puso por delante al Valencia CF contra el Valladolid a falta de 20 minutos para el final, lo dejó claro con un gesto muy significativo.

El capitán explotó de rabia en cuanto mandó el balón al fondo de la red y Mestalla, después de varias ocasiones claras falladas -incluido un penalti de Rodrigo que detuvo Masip- respiraba de forma aliviada, consciente de la fragilidad mental y competitiva del equipo cuando el partido comenzaba a complicarse. Jugadores y cuerpo técnico eran conscientes de que el margen se agotaba y el '10', nada más marcar, decidió escenificar su apoyo a Marcelino en una imagen que contrasta por sí sola los nervios que vive el Valencia CF a nivel interno y la confianza del jugador de Coslada en torno al entrenador. Parejo se marchó directo al banquillo para abrazarse con el técnico y este agradeció su apoyo en su momento más delicado desde que aterrizó en Mestalla en el verano de 2017. Mateu Alemany ya respaldó al asturiano en su comparecencia del pasado jueves y en un intento por apaciguar el entorno y crear el mejor contexto para el equipo repitió en seis ocasiones que «no hay prevista ninguna medida a corto plazo» con respecto al futuro del entrenador. En cualquier caso, Marcelino dependía y depende de la ley del fútbol, los resultados, y durante el partido ante el Valladolid padeció de lo lindo. Tanto, que no quiso ni mirar el penalti lanzado por Rodrigo.

El hispano-brasileño, precisamente, defendía que «el míster está haciendo su trabajo, en ningún momento se está dejando llevar por la situación, está intentando cambiar el rumbo. Los entrenadores al final no pueden hacer milagros, el míster no puede entrar al campo a tirar el penalti por mí, no puede defender las jugadas a balón parado... Tiene su responsabilidad pero nosotros también» y explicó que si Lim le preguntase a él sobre destituir o no a Marcelino su respuesta sería clara: «No me parecería bien ni acertado cambiarlo. El entrenador puede hacer hasta cierto punto. El equipo tiene una identidad, pese a las bajas siempre compite, siempre está en el partido y el fútbol no siempre tiene una explicación para las cosas. Los resultados no son los esperados y eso es importante, pero el equipo está con el entrenador, creemos en su idea. Nos está funcionando a pesar de que los resultados no llegan. Tenemos que mantener la alegría y la ilusión y no dejarnos llevar por la frustración del momento. Veo al equipo con fuerza para darle la vuelta». Gayà y Mina también se mojaban por él. Marcelino añadía: «He tenido muchas experiencias y palpo que esta plantilla está con su entrenador y con su cuerpo técnico. Pueden salir las cosas mejor o peor pero la plantilla está con su cuerpo técnico».