Marcelino García Toral sigue en el banquillo de momento. Sin embargo, será difícil volver a ver a Michy Batshuayi jugar con la camiseta del Valencia CF. Al menos si el asturiano mantiene su cargo. El técnico sentenció ayer al belga en El Molinón. Primero en el campo y después en la sala de prensa. A Marcelino no le gustó nada que el delantero desaprovechara una ocasión clarísima nada más comenzar el partido. Michy se quedó delante del portero, se durmió como en el mano a mano de Mendizorroza y ni siquiera disparó a puerta. Según el técnico, fue "la ocasión más clara en los seis meses de competición". Sin embargo, la jugada que colmó el vaso de la paciencia de Marcelino llegó minutos después en la primera parte. El belga da por perdido un balón que no sale, Marcelino se desespera ante la desidia del jugador y ordena a calentar a Rodrigo Moreno en la banda. Batshuayi ya estaba sentenciado. El técnico ejecutó el cambio en el descanso y una hora más tarde en sala de prensa reconoció haber agotado la paciencia con él. ¿No hace falta un revulsivo en la plantilla? ¿Se ve capacitado para sacar esto adelante con estos jugadores? Era la pregunta a Marcelino. El técnico no se mordió la lengua y se mostró más tajante que nunca. "Creo que tenemos que traer jugadores de arriba, la paciencia en algún caso ya se agotó». El entrenador no quiso "especificar mucho más", pero estaba claro que hablaba de Batshuayi. "Yo no hago los cambios para marcar a nadie, hago los cambios en función del rendimiento, el esfuerzo, la intención, de lo que veo en el campo, intento ser justo y a partir de aquí modificar. Tengo tres cambios y consideramos oportuno quitar a Michy en el descanso y meter a Rodrigo".

Marcelino acabó de hacer la cruz a Batshuayi. El problema es que el futuro del técnico también está en el aire después de la enésima decepción de la temporada. Su equipo no arranca y él no está dispuesto a tirar la toalla. "Nadie me verá tirar la toalla jamás, jamás tiraré la toalla.Nos vamos a rehacer, vamos a competir con el Valladolid y vamos a ganar al Valladolid. Eso es lo que pienso".

Para que eso ocurra el sábado tendrán que cambiar muchas cosas. Marcelino volvió a señalar anoche a la falta de confianza y de gol, así como los errores no forzados en la entrega. "Me desquiciaba por nuestros errores en el pase, perdimos balones de forma repetida. Perdemos un balón, nos hacen un gol y acumulamos errores en el pase, me desesperaba por perder el balón de forma repetida, y no eran dos o tres jugadores solo, era el que cogía el balón... Generamos ocasiones para empatar, pero en el cómputo general del partido creo que debimos haber ganado", explicaba. "Esta es una eliminatoria con doble partido, creo que tuvimos que ganar de forma clarísima, lo creo rotundamente, tuvimos más ocasiones de gol, muy claras, clarísimas, en el primer minuto ya pudimos habernos puesto por delante en la ocasión más clara que vi yo en los seis meses de competición, luego tuvimos otras tres para adelantarnos, pero en una jugada del rival sin peligro nos lo hicimos nosotros. El segundo tiempo lo iniciamos muy mal, nos fuimos rehaciendo, pero tuvimos ocasiones claras, no las metimos y en un desajuste tras un cambio del Sporting nos marcaron. A partir de aquí hay que analizar lo que hemos hecho bien y mal y lo que hemos hecho mal es una repetición de situaciones. En repetidos partidos con muchas ocasiones no somos capaces de materializarlas, el Sporting ha competido muy bien y nosotros en el partido de vuelta intentaremos tener acierto para ganar y pasar la eliminatoria".

Marcelino cree que el equipo lleva mucho tiempo tocado y que la derrota de Gijón no empeora más las cosas. "No tiene por qué quedar tocado, cada partido de competición es diferente. El vestuario lleva mucho tiempo tocado, pero me refiero a que no está más tocado que antes del partido. Cada partido es diferente y tenemos que salir de esta situación a base de carácter y coraje". El tiempo también se agota.