Los partidos empiezan a jugarse en la sala de prensa. Lo fundamental es el durante, pero lo que sucede antes y después tiene su importancia. Marcelino utiliza sus armas y emplea argumentos en favor del Valencia CF. El entrenador asturiano defiende -como es lógico- sus intereses y los de su equipo, exactamente igual que José Bordalás. En el Coliseum, la relación entre los dos entrenadores escenificó su capítulo más tenso. El técnico alicantino se sintió mal tratado por Marcelino, que en la previa analizó al Getafe con generosidad, aunque advirtió una realidad que ha sido estirada al extremo: «Juegan al límite del reglamento». Los números así lo dicen. Los madrileños son el equipo con la media de faltas más alta entre los 98 clubes que forman las cinco grandes ligas europeas. La manera de arbitrar influye, pero el dato es un indicador concreto. El pisotón de Damián a Kang In o la entrada de Arambarri a Gameiro son dos buenas referencias. Los azulones no son hermanitas de la orden de la caridad. Pese a todo, el Getafe no mostró su versión más intensa y fullera el martes. Al contrario, compitieron a través de un ejercicio colectivo sobresaliente. Justo como también detalló Marcelino en la previa: «El Getafe optimiza sus recursos y está ofreciendo un gran rendimiento, es un equipo muy intenso, profundo, que domina la segunda jugada... sólo ha encajado 16 goles en LaLiga». José Bordalás pasó por alto esa parte del discurso y aprovechó la polémica para morder sobre su equivalente valencianista.

Encerrona en el Coliseum

Marcelino vivió una encerrona en toda regla durante su comparecencia en la sala de prensa del Coliseum. Muchas de las preguntas giraron en torno a la polémica. Nada de juego. Incluso le llegaron plantear un problema con el Getafe más allá de lo deportivo. Una locura. Marcelino fue contundente en su explicación: «¿Qué puedo tener yo en contra del Getafe? Expongo hechos y los hechos no los mueve nadie. ¿Por qué recogéis una parte de mi declaración, para generar conflicto entre dos entrenadores o dos equipos? Porque a partir de ahí también dije cosas que no son negativas. Leed, leed...Vengo a jugar en un campo excelente y encantado. Ganan y les doy la enhorabuena. Algunos, no sé por qué, quieren hacer un debate, pero no estoy en esa pelea».

Un toque de ironía tóxica

Hubo cánticos en contra del míster asturiano y no hubo saludo entre los dos entrenadores. «Si me ha saludado pregúntarselo a él», replicó Marcelino. Cuando Jorge Molina hizo el 1-0, un miembro del cuerpo técnico de Bordalás -el preparador físico Javier Vidal- buscó el banquillo del Valencia CF y le dedicó un «llorón», frotándose los ojos con los puños. No hubo apretón de manos, pero sí apretón de tuercas por parte de Bordalás.

«No he saludado a Marcelino porque entró muy tarde al partido. Ya me pasó en LaLiga, que le estuve esperando y entró minuto y medio después, cuando yo ya estaba pendiente del encuentro», dijo el alicantino. Bordalás le pegó muy duro y se pasó de irónico ante la prensa: «Yo no tengo nada con ningún entrenador... Sí he visto que Marcelino ha tenido problemas con Jürgen Klopp, ya sabéis lo que dijo, no tengo más que decir». En 2016, cuando Marcelino era entrenador del Villarreal, se enfrentó al Liverpool de Klopp en unas semifinales de Europa League, saltaron chispas y el técnico alemán tampoco se cortó: «No me gustaría ser Marcelino ni un solo segundo de mi vida».

Damián, siempre en el foco

La ida presentó el Getafe-Valencia más tibio de los últimos tiempos sobre el campo, pero la presión y la tirantez acumuladas se hicieron evidentes a la mínima. Hubo conato de tángana cuando Damián piso a Kang In, por ejemplo. Como se están convirtiendo en norma, los uruguayos siempre están en el centro de la acción. Arambarri, que dejó fuera de combate a Gameiro, ya fue expulsado en el choque de la primera vuelta de la temporada pasada... que se llevó el Getafe 1-0. El origen de la hostilidad y el enfrentamiento actual está ahí. Aquella jornada, los azulones, con Damián a la cabeza exhibieron lo mejor de su repertorio en fútbol subterráneo. Marcelino picoteó sobre el mal estado del césped y Bordalás lo entendió como una excusa. Después, el Getafe volvió a ganar en Mestalla. Los argumentos de Marcelino sobre el estilo han sido coartadas y justificaciones para el alicantino. En noviembre, el Valencia ganó en el Coliseum con un gol de Parejo, de penalti vía VAR. Tras el partido, la policía tuvo que bajar a Damián del autobús de la expedición valencianista. Estaba acompañado por Antunes e iban a por Rubén Uría.

Sexto al acecho de la zona Champions, Bordalás se siente fuerte y defendió su estilo, pero dejando un recado para Marcelino, otra vez. «Soy una persona y un entrenador que reconozoco a mis compañeros de profesión, porque es difícil y complicada. Tenemos responsabilidad en función del equipo que elegimos. El suyo es histórico, con un presupuesto más grande que el nuestro (por el Valencia CF y Marcelino), tiene que pelear por todas las competiciones y nosotros somos modestos y lo damos todo». Bordalás se empleó a fondo en dejar mensajes entre líneas. «Este equipo tiene un gran compromiso, eso no es jugar al límite. Eso es ser un equipo», volvió a insistir. El duelo entre los dos entrenadores potencia la dimensión de la eliminatoria y refuerza su valor. En juego hay unas semifinales de Copa del Rey y algo más. Hay cuentas pendientes y un partido de vuelta en Mestalla. Está difícil, pero no hay nada perdido. Marcelino defiende al Valencia CF y a sus futbolistas, la controversia no le interesa, pero las ideas están claras: ¿Jugó el Getafe al límite del reglamento? «Sí, como siempre».