Kevin Gameiro está más eléctrico que nunca desde su llegada al Valencia CF. Su rendimiento desde el partido contra el Sporting de Gijón en El Molinón, cuando reapareció después de algo más de un mes lesionado, sigue una tendencia ascendente. Aquel día volvió a sentirse Gameiro y en seis participaciones acumula dos goles y tres asistencias, una contribución decisiva a la hora de sumar ante Sporting (ida y vuelta), Celta, Getafe y Barça. SUPER daba los detalles de su 'reset' días atrás y la realidad es que el futbolista no deja de dar resultados. Si al principio no acoplaba -el partido del Levante UD fue especialmente claro- ahora sus movimientos encajan con los del equipo a la perfección. Es cuestión de química y de mecanización y tiene que ver con la mente y el físico. Ponerse a punto le ha permitido entrar definitivamente en el engranaje colectivo y, particularmente, empasta con Rodrigo, con el que ya ha sentado las bases de una sociedad prolífica.

El '19' lo huele, lo lee, lo adivina y viceversa. A diferencia de Batshuayi, que nunca llegó a incrustarse a ese nivel, a Kevin el equipo lo reconoce como propio. Comienzan a darse goles y la delantera funciona. Ese paso era clave. En el Sevilla -la referencia que persigue ahora- también le costó, aunque no tanto. En sus primeros partidos en el Pizjuán, allá por agosto y septiembre de 2013, el '9' salía algo frustrado por no marcar pero los que más le conocen sabían que en el momento en el que compactara con el equipo comenzaría a hacer números. Ese momento llegó. Y vaya si llegó: 21 goles en su primera temporada. Llegó antes que en Mestalla -ha vivido su peor verano y eso le hizo entrar en una espiral llena de estrés y ansiedad- y cuando se dio cuenta, ante el Málaga, firmó un doblete. El galo ahora se encuentra en un momento muy parecido. Ahora Gameiro fluye, está suelto, encaja y cuando llega a portería define. Lo hace, además, con la seguridad para fusilar con frialdad de autómata.Heridas de guerra

Cuando recibió el golpe que lo dejó noqueado en un salto con Piqué intentó continuar pero no pudo. Los mareos se lo impedían. El jugador volvió tocado pero en principio podrá estar el jueves ante el Betis en la Copa. Ya puede ver prácticamente bien por el ojo izquierdo tras sufrir ese percance y se espera que vuelva pronto a la normalidad. Lo suyo no es maquillaje.