El Barça y el Camp Nou afianzan la rehabilitación emocional y competitiva del Valencia CF. Por rival, por escenario y por personalidad, la ruptura con la pesarosa dinámica anterior resulta evidente e indiscutible. La temporada es otra, pero todo lo vivido queda integrado en el ADN combativo del equipo y reciclado como valiosa experiencia. El curso del fútbol ha girado: adiós angustia, hola entusiasmo. La adversidad ha dejado de ser un golpe irreversible para transformarse en desafío, los líderes han dado el paso, el vestuario está fuerte, entrenador y jugadores van de la mano, los jóvenes suman y los delanteros han encontrado el gol. El factor suerte vuelve a estar de cara y los hechos han reforzado las palabras de Marcelino y de los futbolistas. La coincidencia llena de sentido y carga de valor muchas de las cuestiones que antes se revisaban como excusa. La remontada en Copa ante el Getafe -tenía que ser en Mestalla- fue el momento de catarsis definitivo, pero todo lo anterior forma parte de un proceso de recuperación súperpotente. El abrazo de Parejo al míster ante el Valladolid, la eliminatoria superada ante el Sporting, la liberación en Balaídos, la dura derrota en el Coliseum, la goleada al Villarreal... Todos los futbolistas han sido protagonistas en positivo, todos. La sensación es avasalladora y compartida: el Valencia puede competir contra cualquier rival y ahora, además, puede ganar.

Lo bueno empieza ahora, con las semifinales de Copa ante el Betis, la lucha por la cuarta plaza abierta y la Europa League en el horizonte. El momento de flow coincide con la fase caliente de la temporada, justo al contrario que sucedió en 2018 durante la misma etapa. El equipo está hecho -lo dijo Marcelino el viernes-, con una línea de generales consolidada y con jugadores que se sienten capaces de ayudar en órbita. Roncaglia y Sobrino se suman a la causa sin poner en peligro ese orden restablecido. Fichajes y refuerzos, como sucede con Kondogbia y Gonçalo Guedes. El centrocampista centroafricano volvió en el Camp Nou siete semanas después de lesionarse ante el Manchester United y el efecto fue poderoso. Autoridad evidente, aunque le falte ritmo. El regreso del extremo portugués es cuestión de días y ya se sabe de lo que es capaz. Su presencia otorga otra dimensión al ataque. Marcelino va a disponer de la plantilla al completo por primera vez esta temporada. Entrar en las convocatorias va a tener mérito.

El doble foco permanente va a mantener a todos enchufados. La lógica ha vuelto al Valencia CF. Algunas cuestiones estaban fuera de lo normal. Algunos futbolistas han estado por debajo de su rendimiento mínimo y ahora vuelven a ofrecer una versión más ajustada a su capacidad auténtica. La curva es ascendente y hay tiempo para todo. El equipo está en el mejor momento y va a más.