Marcelino ha representado la eliminatoria en su cabeza, primero ha proyectado el partido del Villamarín y sobre esa base está trabajando en Paterna. El plan coincide en algunos puntos con el guión interpretado en el Camp Nou, pero con más intensidad todavía. El hombre clave del Barça estaba claro -Messi- y en el Betis tampoco hay dudas: se llama Sergio Canales.

El míster lanzó distintas consignas en el entrenamiento y la acción sobre Canales es obligada. El interior cántabro es el motor creativo del equipo de Quique Setién, toca y acelera la jugada. El ‘seis’ es uno de los pocos futbolista -junto a Lo Celso y Lainez, por momentos Joaquín- que rompen en conducción y cambian el ritmo en el circuito de pases verdiblanco. Un regate, un desmarque al espacio, una arrancada, una llegada, un disparo desde fuera del área. En todo eso, Canales manda y no puede respirar, no puede tener espacio y tiempo para pensar con claridad.

Si su portero es el que más balones toca, si los pases se producen en campo propio, perfecto. Esa es la intención. Fuertes por dentro, atentos por fuera, alerta con su juego directo, ojo a su balón parado. Presión media, alta por oleadas sobre su salida, para atacar rápido y ganar su espalda. Orden, control de los ritmos y fuego al ataque.