Rubén Sobrino cuajó este jueves el debut soñado con la camiseta del Valencia CF. Se estrenaba el de Daimiel también en competición europea, nunca antes había participado en Europa League ni tampoco en la Champions, pero eso no le impidió brillar desde el primer minuto. El '23' cuajó el partido que nunca cuajó Batshuayi como valencianista. Sus movimientos para el equipo, su capacidad para generar peligro, sus esfuerzos... Más una asistencia de gol para Cheryshev -le regaló al ruso el 1-0- y la diana del 2-0 definitivo, remachando un gran centro del ruso, que le devolvía el favor de la primera mitad. «Es el debut soñado de cualquier jugador, para mí es un día muy feliz. Lo dije desde el primer día, yo venía a aportar muchísimo trabajo y a partir de ahí el buen juego y los primeros goles llegarían», comentaba el jugador en la zona súper flash de The Paradise.

Dos semanas ha esperado hasta su debut pero sabía desde el primer minuto que su momento iba a llegar. Con el equipo ensamblado y en buena dinámica, el fichaje tenía que esperar su turno. Las bajas de Mina y Rodrigo, lesionados, y el banquillo de Gameiro por rotación, le abrían paso en el once. El atacante no dejaba pasar su oportunidad, dando la razón a los ejecutivos del club de Mestalla, que decidieron pagar algo menos de cinco millones de euros por él al Alavés este mercado invernal con la convicción de que iba a tener impacto desde el primer día y que iba a sorprender. «Para mí es un orgullo estar aquí, lo voy a dar todo por esta camiseta. Tenemos que aprovechar esta confianza para el fin de semana y sumar puntos en LaLiga».

El atacante demostró que se entiende a la perfección con Cheryshev, un viejo conocido para él: «Denis es un chico al que conozco desde hace muchísimo tiempo, hemos jugado juntos en el Castilla, desde el primer día me ha ayudado en cualquier cosa, a nivel táctico incluso. Es complicado porque cualquier jugador necesita un periodo de adaptación. Hemos trabajado mucho y es un día para estar felices".