El niño ya es mayor. Ya lo era en el terreno de juego, donde siempre fue un adelantado a su edad hasta alcanzar el primer equipo, ahora también en el pasaporte. Kang in Lee cumple este martes 19 de febrero los 18 años, además de hacer goles, ya puede votar. Este joven coreano, convertido ya en una de las perlas del futuro Valencia CF, nació el 19 de febrero de 2001 en Incheon, tercera ciudad de Corea de Sur con una población de unos 3 millones de habitantes. Fue apenas unos días después del debut de Pablo Aimar con el Valencia CF, predestinado como estaba a hacer disfrutar a la afición de Mestalla.

Cinco añitos tenía Kang in Lee cuando comenzó a jugar a fútbol. Como en Corea del Sur no había competición oficial a esa edad, se apuntó al equipo de su colegio. Llamó tanto la atención que convencieron a la familia para que se apuntara a un 'reality' de televisión que vieron millones de espectadores de su país. Ganó el equipo de Kangin y el premio fue una visita con su madre a Manchester para rodar un anuncio junto al mítico exjugador del United Park Ji-sung. Kangin se dio a conocer y aquella experiencia marcó a la familia. Por primera vez sintieron que lo de niño iba en serio.

Kangin y otro chico de diez años viajaron a València en busca de una prueba. Los dos se presentaron en aquí sin hablar castellano ni inglés. La primera persona que les recibió fue Xavi Mocholí, entonces coordinador del Fútbol-7 del Valencia y ahora técnico de La Masia del Barça. La barrera del idioma fue tan grande en esa primera conversación que Kangin hizo la prueba por equivocación con la generación de 2000. Allí estaban Ferran Torres, Abel Ruiz, Víctor Chust o Hugo Guillamón. Tenía un año menos, pero no se notó. Solo hizo falta que entrara en contacto con el balón un par de veces para darse cuenta de que era un jugador especial. Sorprendió su talento y desparpajo, pero sobre todo su personalidad. «Las pedía todas y ya metía el cuerpo y el codito», recuerdan.

Mocholí no tuvo dudas. El club algunas más, sobre todo por miedo a fichar a un coreano con solo diez años. Era el mes de junio. Después de una serie de reuniones y opiniones dispares se le comunicó al padre que la única posibilidad de firmar a Kangin era que toda su familia emigrara hasta València. Más concretamente a Puçol. Allí tenía una casa y un colegio esperándole. El Valencia sabía que estaba pidiendo algo imposible. Por eso lo daban por perdido. Una semana después sonó el teléfono en Paterna. Era papá Lee. "Nos vamos a vivir a València". La familia lo dejaba todo por el sueño de su hijo de jugar en el Valencia CF. Era la gran apuesta de sus vidas que el tiempo ha hecho buena.

Kangin ha ido pasando por todas las categorías de la Academia a una velocidad de vértigo. Hace solo unas semanas, el chaval firmaba un nuevo contrato que le convierte en futbolista del primer equipo de pleno derecho. Todo lo demás está por venir.

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