El sueño de defender la camiseta del Valencia CF contrarrestó el disgusto de tener que alejarse de l'Alcúdia para hacerse futbolista. Salvador González, Voro, se formó a principios de los años 80 en la cantera valencianista como central y lateral derecho. Después de dos años cedido en el CD Tenerife, el defensa destacó en su vuelta al primer equipo del Valencia. Fue el año del descenso a Segunda División, cuando Di Stéfano sustituyó a Valdez en el banquillo y regaló una de sus frases más celebres en clave valencianista, precisamente, sobre el jugador de l'Alcúdia. «Voro desayuna tornillos», en alusión al coraje con el que el valenciano se enfrentaba a los delanteros rivales.

En la temporada 1983/84 Voro debió marcharse a Tenerife, donde debía cumplir el servicio militar. En Santa Cruz el valiente central de 1,82 jugó dos temporadas. Fue en Segunda, pero más allá de la categoría el alcudiense empezó a darse a conocer en el fútbol nacional. Voro sobresalía por un poderoso juego aéreo, invencible, y una contundente nobleza a la hora de anticiparse y cortar acciones rivales en el suelo. A su regreso a València logró hacerse hueco entre una defensa tremenda repleta de jugadores formados en la casa. Ricardo Arias, Fernando Giner, Miguel Tendillo -que se marchó en 1986 al Real Madrid con un paso previo por el Murcia-, Revert o Paco Camarasa.

La regularidad definió el principal valor defensivo de Voro. La temporada anterior a su marcha al Deportivo -no se alcanzó un acuerdo de renovación- jugó todos los minutos de la Liga 92/93. Él era un central en auge, tanto que siguió siendo fundamental en la defensa de su nuevo equipo: El SuperDepor. Con los gallegos conquistó la Copa de 1995 y la Supercopa del mismo año. El Valencia había apostado por Belodedici. Estando en Riazor, Voro fue nueve veces por la selección española y en 1994 debutó en el Mundial de Estados Unidos. El CD Logroñés, club amigo del valencianismo, se convirtió en su último equipo. Una serie de lesiones le obligó a colgar las botas a los 35 años.

La historia de Voro con el Valencia se reanudó en 2002 como técnico del filial y en 2005 como delegado del primer equipo. Hoy es el team manager. Sin embargo, poseedor del carné de entrenador, el valenciano ha dejado huella como hombre milagro, salvando al equipo de las crisis con Koeman, Pellegrino, Ayestaran y Prandelli.