El impacto de Kevin Gameiro en el Valencia CF no deja de crecer. Va a más. El '9' ha disparado su producción para el equipo desde el partido contra el Sporting de Gijón, cuando volvió a sentirse 'KG9' tras ajustar su físico y digerir la ansiedad acumulada. La lesión que sufrió en diciembre le ayudó cortar para hacer el reset que tenía pendiente, una recuperación inspirada en la serie de Netflix 'Nicky Jam: El Ganador'. Su caso es el ejemplo de que tras cada jugador hay siempre un contexto y unas razones sobre las que se edifica el rendimiento.

El 2019 de Gameiro, a diferencia de sus primeros meses, está siendo explosivo. Siempre suma. Ante el Athletic anotó su quinto gol en lo que va de año y ha repartido otras cinco asistencias a sus compañeros. Son diez veces en 691 minutos. Sus números en este tramo evidencian cómo ha multiplicado su impacto. Concretamente por cuatro. Es decisivo cada 69 minutos -es decir, marca o asiste al menos una vez por cada partido completo que juega- y si se compara con su contribución en los primeros meses el contraste es evidente: antes promediaba 307 minutos por cada gol oasistencia, o dicho de otra manera, producía una vez cada tres partidos y medio.

Al francés se le dan bien los comienzos de año pero su eficacia actual es mayor, por ejemplo, que la que tenía en la temporada 2015/16, cuando acabó con 29 goles en el Sevilla FC. Esa es la mejor referencia de toda su carrera y la que persigue desde su llegada: entonces a estas alturas del año acumulaba diez goles y dos asistencias pero con 339 minutos más.

La Copa ha dado pie a su versión más determinante. En el torneo del 'KO' su presencia se ha consolidado como garantía de éxito, tanto que ha participado directa o indirectamente en el 46% de los goles del equipo y tiene mucha culpa de que el Valencia CF, once años después, vaya a disputar una final. Es decisivo incluso cuando juega poco. En la serie de suplencias que encadenó ante Celtic, Leganés y Athletic demostró que es capaz de cambiar el panorama saliendo desde el banquillo -fulminó a los escoceses y a los leones- y señala la casa de estadísticas OPTA que el '9' es el jugador que más goles ha marcado (25) como suplente en las cinco grandes ligas de Europa a lo largo de las últimas cinco temporadas. Su rol, sin embargo, no es el de un revulsivo.

Por eficacia y momento de forma ha demostrado que está para interpetar un papel protagonista en la pareja titular en la delantera junto a Rodrigo. Ambos conforman una sociedad que ha valido, además del gol decisivo en la vuelta de la semifinal de Copa, otros tantos como el 3-0 al Rayo , la importantísima victoria en Balaídos, el 3-1 al Getafe en cuartos de final de Copa o el primer gol en el Camp Nou frente al Barça. Se entienden, se buscan, se huelen. Conectan y funcionan por asociación y como ahora el equipo carbura mejor -el primer pase de Coquelin y Kondogbia tiene un impacto clave en el funcionamiento colectivo- el balón llega más al ataque.

Ahí un jugador con la capacidad para el desmarque de Gameiro es un lujo por el abanico de posibilidades que ofrece al pasador. Tras su reivindicación llegó la confirmación y ahora está demostrando que puede dar ese paso para consolidarse como punta de lanza junto a Rodrigo, que acumula 995 minutos en este tramo -304 más que él pese a haber estado lesionado-, mientras que Mina suma 833 -el '22' ha jugado 142 minutos más, son casi dos partidos más- y los 467 de Sobrino. Siendo el tercer elemento en términos de participación produce como el que más. Será difícil que alcance los 20 goles que se propuso -está en 7 y 6 asistencias- pero si logra doblar sus cifras ya será todo un éxito.