Historia e innovación, Bakú se presenta en el horizonte como meta de singular belleza. El Estadio Olímpico es la imponente sede de la última escena de la Europa League 2018/19. Valencia CF y Villarreal CF, rivales potenciales en la ronda de cuartos comparten objetivo y aspiran a estar en la capital azerí el próximo 29 de mayo. Para los valencianistas son cuatro días de diferencia respecto a la final de la Copa del Rey de Sevilla, donde el equipo de Marcelino ya tiene fecha cerrada para medirse al Barça. El sorteo de cuartos es un todos contra todos, con los dos clubes de la Comunitat metidos en un cruce de caminos con adversarios tremendos. No hay cabezas de serie, aunque sí favoritos luminosos. Dos rivales a evitar, un peldaño por encima del resto, Chelsea y Napoli, con ese orden de dificultad. El sorteo (13:00 horas, cuartel general de la UEFA En Nyon se determina el camino hasta Bakú, los cuatro cuartos, las dos semifinales y el orden de los partidos. Hoja de ruta completa y adversarios marcados para Valencia y Villarreal.

La competición está alcanzando su punto álgido y eso se siente por plus en prestigio, impacto e ingresos, también por interés. El once del Chelsea, cada vez más titular y menos suplente, es un buen ejemplo. Ancelotti desencadenó esa misma sensación con el planteamiento ante el RB Salzburg en la ida. La mentalidad es una clave manida pero auténtica. Competir con personalidad y priorizar el partido de los jueves ayuda a marcar la diferencia en un contexto de igualdad. La Europa League es la oportunidad para vivir una final, conquistar un título y amarrar una plaza segura en la Europa LeagueLiga de Campeones. También permite pelear por la Supercopa, que se celebra en el nido del Besiktas de Estambul (14 de agosto). Marcelino tiene claro que la dificultad sigue aumentando: «Todo está muy igualado, el acierto y los detalles te llevan a seguir o estar fuera. Lo que venga vendrá y a por ello. Hemos competido en Champions contra dos equipos que están en cuartos eliminando al PSG y Atlético, aquello que parecía que había sido un fracaso no pasar». Pasaron todos los favoritos, con más o menos sufrimiento... menos el Sevilla.

Crecer y jugar con fuego

El Valencia CF tiene abierta la doble vía: once partidos por la cuarta plaza en LaLiga y cinco por librar hasta levantar la copa en Bakú. Cada club tiene un motivo distinto, aunque cada vez hay más puntos en común. El Chelsea de Sarri está enmarronado en Premier y es una opción interesante de salvar la temporada; los ingleses no están hechos de cemento armado, pero tienen multitud de recursos. Para el Napoli es la única posibilidad de sumar un título, cuestión que llevan persiguiendo varias temporadas sin éxito. El Villarreal ha salido de la zona roja en LaLiga, como el Eintracht de Fráncfort, que ha demostrado su capacidad para competir en las rondas del KO en Alemania -es el campeón de Copa- y cuenta con Adi Hütter, el entrenador que hizo campeón al Young Boys. Gran dirección, más Kostic, Gacinovic, Jovic o Haller. Unai Emery está avanzando con el Arsenal, capaz de lo mejor y de lo peor. La senda a Bakú promete ser escarpada. Un Benfica sería precioso por el reencuentro (Jonas, Grimaldo, Garay, Rodrigo, Guedes) y por el nivel de la efervescente plantilla encarnada. El Slavia queda como la sorpresa. Los checos derrotaron al Sevilla en su competición, por puro espíritu, pero son lo más apetecible. «Veremos el cuadro que nos toca, pero qué mejor para el Valencia CF que jugar este tipo de partidos. Esto nos va a ayudar a crecer y a recuperar la historia que tiene este club», formuló Marcelino. La suerte también cuenta como factor.