Cien años dan para mucho. Victorias, reveses, grandes gestas, fracasos, actores secundarios, protagonistas y leyendas que han acompañado a cada generación de valencianistas. Cada una tiene su relato, con sus traumas y sus glorias, pero la iconografía y la memoria colectiva perduran incolumnes al paso del tiempo reforzando la idea de que el de Mestalla es un equipo que siempre vuelve. En contraste con la trayectoria de otros clubes de primera magnitud, que concentran en un periodo todos sus triunfos, el Valencia CF ha sido capaz de ganar en todos los capítulos de su historia. Los cien años de fútbol han destilado elegidos, jugadores con alma de murciélago por lo que representan y por lo que proyectan; hombres que han puesto no solo su cuerpo sino también su corazón al servicio del emblema. La muestra es amplia y la lista de referentes también. Muchos ya no están, otros tienen la suerte de vivir en primera persona el Centenario y algunos lo celebran desde la barrera.

El día de hoy, en cualquier caso, se siente más fuerte que cualquier cumpleaños o aniversario de boda, también para aquellos jugadores que además de atletas fueron aficionados antes, durante y después. Con motivo de la efeméride SUPER junta en las entrañas de Mestalla a Pep Claramunt y a José Luis Gayà, dos jugadores que tienen muchos puntos en común. Uno es leyenda y su nombre queda escrito en letras de oro en la historia del Valencia CF. Ese estátus perdurará para siempre y será el orgullo de sus descendientes, sus vecinos, los que lo vieron jugar y los que escucharon historias sobre su huella. Gayà lo trata con respeto, está ante toda una institución.

El '14' cuenta 180 partidos oficiales a sus 23 años y está dispuesto a darlo todo para trascender como uno de los elegidos en un trayecto que va desde las sábanas con el escudo del Valencia CF en su habitación de Pedreguer hasta ajustarse el brazalete de capitán en Europa el pasado jueves frente al Krasnodar. Gayà ha demostrado que es capaz de poner en su sitio a tipos como Cristiano Ronaldo, Luis Suárez, Rashford o Damián Suárez, su personalidad reconcilia a uno con el fútbol de antes: no se arruga. Cuando se mide con Claramunt, sin embargo, José se vuelve un chico tímido. El mítico centrocampista de Puçol bendice al de Pedreguer a la primera. Ambos charlan, van a lo suyo, hablan de la dificultad del partido del Getafe y Claramunt recuerda que en su época el rival más áspero era el Espanyol. De pronto ambos vuelven a la realidad, frente a ellos hay dos fotógrafos y un periodista esperando a que acaben para no arruinarles la conversación... A ver quién se mete ahí. La conversación es deliciosa. «José es fenomenal, es un chaval muy inteligente, sabe muy bien lo que tiene que hacer. Tiene un futuro muy brillante. El Centenario es especial para todos, para mí lo más especial ha sido seguir vivo para vivirlo, es un orgullo y una gran satisfacción», reflexiona Pep.

A Gayà se le cuelga una sonrisa al escuchar a Claramunt pero cuando trata de meter baza aparece por detrás Ricardo Arias. El mítico central de Catarroja, también por encima de los cuatrocientos partidos con el murciélago en el pecho, sorprende por detrás a Claramunt en un gesto de complicidad. «Pepe fue mi ídolo cuando era pequeño y luego pude jugar dos años con él, imagínate con diecinueve años meterte en un vestuario con lo que había ahí», justifica con socarronería.

Vivirlo en primera persona

A Arias no solo se le permite que se entrometa en una entrevista, sino que dejarle que se escapara sería un crimen. Su testimonio, habiendo vivido en primera persona el Valencia CF desde 1976 al 1992, es todo un lujo. Tras escuchar a Claramunt, Ricardo también se rinde a José: «Solo con sus actuaciones Gayà demuestra lo que es como jugador. Le ha costado llegar, porque le ha costado llegar y no es fácil. A los jugadores del Mestalla no les resulta nada fácil subir al primer equipo pero ha demostrado que poco a poco ha madurado, se ha hecho un gran jugador y es una de las garantías que tiene el equipo. Va a estar hasta que él quiera, hasta que le respeten las lesiones, le aguanten las fuerzas y quiera jugar. Aquí se le admira, se le respeta, se le quiere y diría que el sentimiento es mutuo. Su rendimiento está siendo acorde a lo que se piensa y se espera de un jugador como él, más no se le puede pedir». Gayà respira ilusión. «Todo lo que han dicho es muy especial para mí, que dos jugadores y dos leyendas del Valencia CF hablen tan bien de mí es un orgullo y estoy encantado de estar aquí con ellos y formar parte del Centenario siendo jugador, es una suerte», expresa.

El lateral izquierdo internacional de Marcelino y de la selección española otea el horizonte con el objetivo de conquistar un título y aunque es reacio a hablar de ello públicamente siente que puede atacar la posibilidad de llegar a batir la marca de Fernando Gómez Colomer como jugador con más partidos (552) disputados en la historia del club. «Eso nunca se sabe, claro que te pasa por la cabeza pero soy de mirar el presente, ir mejorando día a día, no vale la pena mirar al futuro, hay que mirar al próximo entrenamiento y al próximo partido. Podría ser, pero no lo pienso, solo pienso en acumular partidos, jugar, ser importante para el equipo y mejorar cada día», argumenta. Claramunt y Arias, como Gayà, representan en esencia el salir desde abajo. De Paterna hasta Mestalla, consolidarse y triunfar. La dimensión de Pep, capitán del Valencia CF y de la selección española, era tal que lo llamaban incluso cuando estaba lesionado. Nunca se fue del Valencia CF hasta su retirada y después asumió una responsabilidad en el club.

El secreto para el futuro del Valencia CF, considera, está en las raíces: «Todos hemos pasado por ahí, por el Mestalla, tienes que sufrir un poco para llegar arriba pero luego te haces titular, el éxito del Valencia CF siempre va a ser tener jugadores de casa, esa es la base para conseguir títulos y cosas importantes. Los tres empezamos con diecinueve años, hemos estado toda la vida en el Valencia CF, yo no me fui a ningún sitio, empecé aquí y terminé aquí. Lo más importante es la ambición de conseguir títulos, las alegrías que das a la afición, el rendimiento que das, todo eso a la gente le llena de orgullo y satisfacción. La afición vive intensamente los títulos. Ahora Gayà tiene la oportunidad de conseguir su primer título, yo el primero lo conseguí a los veinte años -la Copa del '67- y espero que él tenga la suerte de ser campeón. Mi deseo es verlo levantar la Copa, por ellos y por la afición, se lo merecen».Tocar la gloria

Para el de Pedreguer la posibilidad de levantar metal es «muy especial, y más todavía por el año en el que estamos. Llegar a una final de Copa después de cómo se había puesto el año es un orgullo y una oportunidad de hacer historia. También está la Europa League, que nos hace mucha ilusión. Tengo muchas ganas de poder vivir mi primera final como profesional en el Valencia CF y vamos a intentar ganarla para traer la Copa, sería un título histórico por el año en el que estamos». En el Villamarín no estarán solos, el valencianismo alentará a los jugadores para volver a tocar la gloria. «Si llegan a ganar la final se darán cuenta de lo que es el valencianismo de verdad. Lo están viviendo con cuentagotas, esa explosión de júbilo, esa alegría... Han demostrado que pueden competir y que van a ir a Sevilla para ganar», sentencia Arias, campeón de Copa en el 1979.