Todo lo que pase de aquí al final de temporada va a depender en gran medida de cómo esté Gonçalo Guedes. El extremo de Benavente está de vuelta y cada vez más cerca de su mejor versión. Ha metido la directa y esa, de cara a un tramo donde el equipo se va a jugar la temporada, es una de las mejores noticias que puede tener el Valencia CF. Sus sensaciones vuelven a ser positivas y el miércoles a medianoche no podía disimularlo a su salida de Mestalla tras marcarle un gol al Real Madrid que tiene mucho significado. El portugués desfiló satisfecho: «Es muy bueno marcar para mí aquí en casa y festejarlo con la afición. En los cuatro últimos partidos llevo tres goles, se podría decir que estoy en mejor momento del año». Lo mejor está por llegar. Guedes no abandonó Mestalla apagado, esquivo o escondido bajo una capucha como tantas veces esta temporada; vuelve a sonreír. Para entender lo que supone su gol al conjunto de Zidane hay que ir a Sevilla, donde la pasada semana se llevó un 'banquillazo' al descanso. El '7' del Valencia CF había marcado ese partido en rojo en el calendario y salió ansioso. Ansioso por entrar en contacto con el balón, descoser a cuantos más rivales posibles en un solo regate y marcar gol sin ni siquiera haber pisado el área. Por los cálculos que manejaba el futbolista ese era el día en que su cuerpo iba a estar por fin engrasado y preparado para responder al cien por cien después de semanas aclimatándose y adquiriendo tono de competición.

Y es que el hecho de que volviera al equipo tras la lesión no implica que esté al cien por cien. De hecho hace más de cincuenta días que volvió al equipo pero Guedes es un jugador que por sus condiciones necesita estar en plenitud física para sentir confianza en su fútbol. El hecho de haber estado jugando dos meses con la hernia bilateral del deportista -forzó anteponiendo los intereses del equipo a su salud- antes de decidirse a pasar por el quirófano ha provocado un retraso en su recuperación completa, el cuerpo tiene memoria y en su caso estuvo demasiado tiempo sufriendo. Superada la puesta a punto durante el parón de selecciones, su 'obsesión' por destacar en el Pizjuán distorsionó su perspectiva y en un partido para dejarse el alma en defensa acabó haciendo la guerra por su cuenta. Marcelino, que trabaja mucho de forma individual con él para rescatar su mejor versión en beneficio del equipo, lo vio con nitidez y lo retiró porque, entendió, era lo mejor para el equipo. El portugués digirió el cambio de forma sana y tres días después volvió con más calma contra el Real Madrid.

Una prueba a todos los niveles

SUPER detalló todas las claves sobre el estado del extremo del Valencia CF donde su padre, Rogério, ya aventuraba lo que ha terminado ocurriendo: «Mi hijo está cada vez mejor después de la lesión. Su imagen de lamento en el banquillo ante el Krasnodar es normal, cuando no corres bien no puedes estar contento, Gonçalo estaba triste porque lleva un tiempo que no corre bien. No conseguía hacer más y sentía que le salía casi todo mal, pero está concentrado, comprometido y trabajando duro en su recuperación. No está al cien por cien, arrastra todavía problemas, pero ya está en la recta final de su puesta a punto. En cuanto gane confianza irá hacia la cima, está concentrado en crecer y hacerlo cada vez mejor. Pienso que en una, dos o tres semanas va a estar totalmente bien. Necesita jugar partidos, tiempo...». La previsión de Papá Guedes se ha cumplido, Gonçalo vuelve a brillar después del parón por las selecciones. La lesión ha supuesto un examen para él a todos los niveles después de la expectativa generada por su rendimiento en sus primeros meses como valencianista y la inversión más importante del club en su historia. El '7' camina hacia su mejor versión.