Pasar de cero a cien es imposible, hasta para los motores más potentes. El tiempo, el trabajo y la confianza han reparado el daño causado por las lesiones y por una pretemporada podrida por la negociación con el París-SG. Gonçalo Guedes está rehabiliando su versión determinante e interpretando el rol que el club, Peter Lim y Marcelino tenían diseñado para él. Más importante todavía, el portugués ha superado un momento de dificultad y de duda para marcar la diferencia en el momento clave.

Después de pasar por quirófano en diciembre, el futbolista ha respondido a los plazos marcados. Cumplir en forma y espacio no era sencillo. En cuestión de sensaciones no hay dudas. El portugués ha recuperado la continuidad perdida, se siente importante, se siente estrella y como tal está actuando sobre el terreno de juego. El choque del Pizjuán ha quedado como un islote. En los últimos ocho partidos ha firmado seis goles en todas las competiciones, los mismos que en los 59 partidos anteriores en el Valencia CF.

Los picos de sierra han terminado para mantener un rendimiento sostenido por lo alto. Todo se ha estabilizado con naturalidad y lógica desde su retorno ante la Real Sociedad, 10 de febrero. Girona, Real Madrid, Krasnodar, Villarreal y Levante. Guedes está siendo fundamental en la lucha por la cuarta plaza y en la clasificación potencial para las semifinales de la Europa League: rescató al equipo en Rusia e hizo saltar por los aires La Cerámica. El portugués está siendo importante con goles, confirmando que puede ser solución también desde la delantera. Está aportando pegada. El salto le coloca en otra dimensión.

Todavía le falta reponer sus valores en remates, regates, precisión y en asistencias de remate, también en agresividad sin balón. La temporada pasada dejó once pases de gol. Dos lleva en el curso 2018/19. Son virtudes fundamentales en su identidad -como generador de ocasiones- por afilar. No es un problema, al contrario, advierte margen de mejora. Guedes está galopando a más en potencia, autonomía, velocidad y atrevimiento. La explosión está en marcha.

En Benfica dio 'el salto' como recambio de Jonas

Puede ser extremo derecho, la banda izquierda le permite exprimir su tremenda capacidad para romper en diagonal y la delantera le ofrece libertad de movimientos. Guedes puede adaptarse a cualquier posición del ataque y lo ha demostrado. Es cuestión de rol y de contexto. Con la selección portuguesa ha jugado casi siempre en la delantera. No es un nueve clásico, pero encaja perfecto para hacer de segundo punta, para correr y explotar -con metros- en el fútbol de transiciones de Marcelino. Al París-SG llegó en enero de 2017 después de jugar la primera parte de la temporada como delantero, dentro del 4-4-2 de Rui Vitória. El entonces míster del Benfica le trabajó desde pretemporada para hacer de Jonas, lesionado. Siete goles y siete asistencias firmó en seis meses.

El Piojo en la retina

La lesión de Rodrigo y el buen momento de Cheryshev han impulsado su presencia en punta en los últimos partidos. Era una alternativa que Marcelino advirtió hace semanas. Por velocidad, potencia y pegada, la comparación con Claudio López ha surgido de manera natural, también el debate. Guedes tiene madera de estrella, un punto a lo Claudio López. SUPER ya estableció la comparación la temporada pasada, tras la exhibición tremenda de Guedes ante el Sevilla en Mestalla: dos goles y una asistencia.

Guedes puede marcar la diferencia en banda izquierda y en punta. Así lo contempla Marcelino. El míster tiene claro que manda el rendimiento: si Cheryshev está mejor que Mina o Gameiro, tendrá su lugar en banda y eso puede impulsar la presencia de Guedes más arriba, incluso pueden alternar posiciones. Es solución, recurso y arma. El momento es clave y Guedes está siendo decisivo cerca del área, impulsando un plus en pegada.