El Arsenal más Unai Emery. El Valencia CF debe resolver la operación para estar en la final de Bakú. El adversario recupera grandes noches en la memoria y el entrenador dispara en Mestalla todo tipo de filias y fobias. Para unos, Emery tuvo el mérito de estabilizar al club en la tercera posición de LaLiga mientras la institución se desangraba. Para otros, fue incapaz de emocionar de verdad, de llevar al límite las posibilidades de un grupo que tenía a David Villa, Juan Mata y David Silva. Tampoco supo aprovechar apariciones radicales como Isco. Unai fue víctima de un Valencia débil. Tenía la pizarra, pero le faltó carisma y el contexto que después sí encontró en Nervión: más experiencia, un club con ganas de crecer y la ayuda de un líder total como Monchi.

Unai regresa a Mestalla cuando se cumplen cinco años de la última semifinal europea que vivió el Valencia, precisamente ante su Sevilla (2-0 y 3-1). Con aquel gol de Mbia en el último minuto de la eliminatoria que cambió la historia... Con aquella celebración suya, explosiva y un poco exagerada, que fue alimento para sus detractores. El Sevilla se clasificó para Turín, superó al Benfica de Rodrigo o Garay -en los penaltis- y Emery empezó a forjar su leyenda en la competición. Cayeron dos trofeos más al hilo. Así le llegó la oportunidad de dirigir un transatlántico repleto de estrellas como el París-SG, así llegaron decepciones (como la célebre eliminatoria perdida ante el Barça en Champions) y títulos. Así llegó la oportunidad de tomar el relevo de Arsène Wenger en el Arsenal. Un reto enorme y un proyecto fantástico: volver a ilusionar, elevar el club, frenar su involución y darle un impulso, a todos los niveles.

La sombra de una leyenda

Unai Emery (47 años) está asentado en el primer escalón del gremio. El duelo con Marcelino va a ser tremendo, por carácter y por método. El paso por el PSG le ha hecho mejorar y le ha permitido ampliar registros, de nuevo. La cabra siempre tira al monte, pero se advierte un Emery más cerebral y menos temperamental. Su primera temporada en el Emirates no es fácil de evaluar todavía. Abril y mayo van a determinar la nota final, aunque en cuestión de sensaciones la energía nueva se siente . Por ahora, ha igualado la última temporada de Wenger en Europa -semifinalista de Europa League- y ha mejorado su puntuación en la Premier, aunque todavía no ha resuelto la clasificación para la próxima Champions. El regreso es clave por ingresos, por estatus y por oportunidades. Por eso, el primer objetivo es reponer la condición Gunner en el Top-4 de la liga inglesa. Manchester City y Liverpool luchan por el título, mientras Tottenham, Arsenal, Chelsea y Manchester United luchan por las otras dos plazas. Una locura. La situación de los dos clubes tiene puntos en común, en plena lucha por entrar en Champions vía liga y convencidos de avanzar hasta Bakú.

Una competición que domina

En el momento más bajo de Arsène Wenger, el Arsenal fue capaz de ganar tres copas inglesas (títulos que la perspectiva del tiempo revalorizará seguro). Unai ha reemplazado a una leyenda. La misión es potente, pero Europa le ofrece la oportunidad de triunfar en el escenario que a Arsène siempre se le resistió. Dos finales, dos finales perdidas: UEFA (2000, Galatasaray) y Liga de Campeones (2006, Barcelona). La Europa League es la competición de Emery y Marcelino lo ha comprobado, en 2015 fue a la lona en un Villarreal-Sevilla.

Sin titulares luminosos hasta la fecha, Unai Emery ha renovado los liderazgos, ha elevado el listón del rendimiento y ha acertado con refuerzos de perfil medio: Leno, Sokratis, Lucas Torreira, Matteo Guendouzi, Lichtsteiner... el único que no ha cuajado es Denis Suárez, llegado en enero. El Arsenal hace un fútbol agradable para el espectador neutral. Controla el juego de posición, pero impone su dominio territorial a través de la presión medio-alta, la agresividad para recuperar y el ataque, el ataque con combinaciones rápidas, por fuera y por dentro. Sale tocando, pero no huye de lo directo. En cuartos, ha superado al Napoli de Ancelotti con claridad suavizando dos de los defectos que le han atormentado toda la temporada: la fiabilidad y el comportamiento lejos del Emirates. El equipo londinense llega a semifinales tras resolver con autoridad una eliminatoria importante, acentuando sus virtudes, subrayando su identidad y corrigiendo algunos de sus puntos débiles.

Los Gunners no son un equipo insuperable, pero han llegado al momento clave de la temporada con las ideas claras y la estructura ideal asentada: tres centrales, dos carrileros, dos mediocentros y la posibilidad de mezclar un tercer centrocampista con dos delanteros o dos mediapuntas con un nueve. Así lo está haciendo en Europa League, aunque en Premier sigue echando mano del 4-2-3-1. El Valencia CF va a necesitar su mejor versión, la mejor versión de todos. El Arsenal tiene velocidad, tiene potencia, tiene físico, tiene experiencia al más alto nivel y tiene un abanico enorme de recursos, por profundidad de banquillo, por versatilidad y por sistemas. Conviene hacer un ejercicio de responsabilidad y profundo respeto.