El equipo tiene un doble golpe del que recuperarse. Por un lado, la lesión de Kondogbia. Por otro, la derrota en Vallecas. Lo segundo se ha reciclado en forma de advertencia: una y no más hasta junio. El jueves llegará la oportunidad inmediata de reivindicar el espíritu competitivo del equipo. Será en La Cerámica, con el Villarreal como rival y la Europa League como marco. El roto de Kondogbia es otra cuestión. El revés es tremendo por la importancia del futbolista, por la duración -adiós a la temporada- y por la pieza que resta en el centro del campo en el momento donde todo se decide. Sin Geoffrey, el centro del campo queda bajo el gobierno de Parejo y Coquelin, con Wass y Carlos Soler como primeras alternativas. El margen es limitado, pero la dificultad es una oportunidad para agrandarse. También es una prueba para los futbolistas que ganarán importancia en el equipo y peso en la rotación. Siempre hay una lectura positiva y el Valencia CF no puede detenerse con todo lo -bonito- que queda por delante.

No hay un Kondogbia, pero está Coquelin. No son lo mismo, pero Francis siempre ha sido alternativa de garantías... incluso le ha peleado la condición de titular. Coquelin ha formado dupla con Parejo dando un alto rendimiento. Esa es la buena noticia. Francis está recuperado de sus problemas físicos y jugará ante el Villarreal. Vuelve directo al once después de perderse los partidos ante Sevilla, Real Madrid y Rayo Vallecano por lesión. El centroafricano y el francés han alternado como compañeros de Parejo en la medular. Precisamente, Marcelino ha tenido que contender todo el curso con los problemas y los contratiempos de los dos centrocampistas, que se han alternado en cadena, uno tras otro.

Competitivo al máximo

La situación no es nueva. Con Coquelin, el Valencia CF sólo ha perdido tres partidos: Juventus, Girona y Real Madrid, en el Bernabéu. Dos rivales monstruosos y un accidente absoluto. Con Coquelin, el Valencia CF ha sido capaz de superar batallas tremendas en Copa del Rey -las semifinales ante el Betis, por ejemplo- y rodar cerca de su mejor versión ante el FC Barcelona, que espera dentro de un mes y pico en la final de Sevilla. Son referencias. Un poco de optimismo.

Coquelin es sinónomo de continuidad y estabilidad. Su rendimiento medio asegura un mínimo alto para el bloque. El problema para el equipo es que, sin Kondogbia, Coquelin queda como único especialista defensivo. Wass y Carlos Soler pueden entrar junto a Parejo o relevar a Parejo, pero no guardan las condiciones físico-tácticas del centroafricano y tampoco llegan a las del francés. El perfil de la medular gira 180 grados. No hay red de seguridad.

Coquelin está obligado a encontrar su mejor versión de inmediato... después de dos semanas parado. No es fácil. Ante el Getafe, en el último partido previo a la lesión, estuvo brillante.

Está apercibido en Europa League y en LaLiga

Coquelin formó junto a Parejo en el último Valencia-Villarreal (3-0) y marcó una nota alta. En La Cerámica tendrá que ir con cuidado, lo mismo que en el Derbi ante el Levante, en las dos competiciones está a una amarilla de cumplir ciclo.