Las taquillas de Mestalla se abieron para que la afición del Valencia CF cValencia CFomenzara a retirar sus entradas para la final de Copa del Rey contra al Barcelona del próximo 25 de mayo. Desde primera hora de la mañana ya había gente con la ilusión de tener en sus manos la preciada localidad para el Benito Villamarín. El club, de hecho, decidió adelantar la apertura de las taquillas una hora -de diez a nueve- para dar servicio a los valencianistas y hacer más llevadera la espera. En esa larga cola que se formó hasta la Avenida de Aragón Avenida de Aragón había un cara ilustre. Una leyenda de la historia centenaria del Valencia (1977-1983) estaba allí en compañía de su hijo esperando su turno bajo el sol como uno más. Era el mítico Darío Felman. El argentino, el gran escudero de Mario Alberto Kempes, fue decisivo en la Copa del Rey de 1979. Marcó el histórico cuarto tanto en la prórroga ante el Barça de octavos, un gol suyo fue determinante en las semifinales contra el Valladolid y estuvo en el once titular de la final del Vicente Calderón contra el Real Madrid con doblete de El Matador. Ahora, cuatro décadas después, quiere disfrutar como aficionado y en familia de una noche igual de mágica.

"Me lo he pasado bien en la cola, porque la gente se quedaba mirándome y me decía: '¿Ché y vos que haces acà? ¿Es un marciano?' No, no soy un marciano, soy un aficionado del Valencia que viene con su hijo y con unos amigos que viene a sacar las entradas", decía entre risas. Darío, como todos, ya cuenta los días para que llegue la final. "Iré con mis dos hijos y una parte de la familia... si yo pudiera me llevo hasta los nietos... pero una buena representación de los Felman estará allí. Es un partido difícil, pero las finales tienen cosas que van más allá, el antes del partido es para disfrutar. Mi hijo estuvo dos horas haciendo la cola y mira que feliz está. Quiero que disfrute de la experiencia. Uno la ha vivido, ha tenido la suerte de jugarla y ganarla y es algo que te llevas para siempre. La recuerdo con mucho cariño. Tambián había pasado mucho tiempo sin ganar nada... y llegó. El '9' nos va venir fenomenal. La del 79, la del 99 y la de 2019. El grandote -Kempes- se equivocó e hizo dos goles con la derecha y pudimos campeonar. Aquel día había 35.000 valencianistas llenos de senyeras. Yo pensaba: ¡Nos equivocamos, estamos en el Luis Casanova! Eso es lo lindo, eso es lo que quiero que vivan mis hijos. Sebastián es del 76 y tenía solo 3 años. ¡Es un enfermo del Valencia!" A veces le digo que el fútbol es para difrutarlo, pero no lo puedo contener", bromea. Como argentino sabe bien cómo se las gasta Messi. "Con todo el respeto del mundo que se constipe o le duela la uña y si es la izquierda mejor... porque cuando el chiquitito frota la lámpara no hay partido, pero bueno... disfrutar disfrutaremos seguro".