Hace siete días, la durísima derrota ante el Eibar en Mestalla parecía cerrar definitivamente la vía Liga para el Valencia CF, que en su feudo y ante sus aficionados no supo cumplir con su papel de candidato a jugar la Champions League. Sin embargo, a partir de ese momento los astros comenzaron a alinearse y una cadena de circunstancias deja ahora mismo al equipo de Marcelino casi mejor que en aquel momento en que casi todo parecía perdido. Tras el 0-1 de Charles el Sevilla caía derrotado primero en Girona y después en el Sánchez Pizjuán de manera sorprendente ante el Leganés, el Getafe también se marchaba de vacío de SevillaSánchez PizjuánAnoeta y este mediodía sae presenta en el Coliseum sin Bordalás y con toda la presión de tener que ganar para no perder el cuarto puesto. Aunque, pase lo que pase con ese partido, el quid de la cuestión estará en Huesca, en El Alcoraz, el estadio con menos aforo de LaLiga, donde el Valencia tiene su examen definitivo. A estas alturas ya se puede decir que, posiblemente, ninguno de los tres merece el premio de jugar la Fase de grupos de la Champions. En especial el Valencia, que en el momento de la verdad no fue capaz de ganar ni de sumar frente al Eibar y se presenta en Huesca con el agua al cuello, obligado a ganar pase lo que pase en Getafe, por la cuarta plaza y por el serio revés del pasado jueves en Londres, donde la vía Europa League se puso cuesta arriba por otro gol en el último minuto. Igual que el día del Eibar.

Recuperar la frescura y la eficacia es la clave y la labor esencial de Marcelino y su cuerpo técnico en un momento de especial sobrecarga física y mental, con todos los objetivos en juego pero también pendientes de un hilo: en apenas tres semanas lo que podría ser un éxito histórico también puede tranbsformarse en un fracaso absoluto en la temporada del Centenario, y todo en función de lo que el equipo sea capaz de hacer en unos pocos partidos der aquí a final del mes de mayo. La responsabilidad es enorme, pero también lo es el escudo que llevan en sus camisetas.

Un equipo que, cuando parecía encarar esta recta final en su mejor momento, después de una campaña bastante decepcionante al menos en lo que respecta a LaLiga, a la hora de la verdad ha vuelto a fallar, cayó derrotado en el Metropolitano en lo que podrían ser los puntos que entraba en los cálculos no ganar, después en Mestalla con el Eibar y para rematar ese 3-1 del Emirates que deja la opción de alcanzar la Champions a través de la final de Bakú muy en el aire. Tres derrotas en el momento en que había que dar la cara, lesiones y ausencias importantes...

Este partido es seguramente la última oportunidad para dar la vuelta a todo esto, la última y la enésima, estar hablando a estas alturas de Champions League con 52 puntos, solo 12 victorias en todo el campeonato y únicamente dos goles más a favor que el colista, precisamente el Huesca, lo dicen casi todo sobre méritos y deméritos. Pero esto es el fútbol y esta es LaLiga que lleva esperando al Valencia CF prácticamente desde el mes de septiembre, con los primeros signos de que esto flaqueaba. ¿Llegará?