El Arsenal FC cambió el viejo estadio de Highbury en el año 2006 por el Emirates en una operación urbanística de diseño similar a la que en fechas más o menos similares quiso poner en marcha el Valencia CF para trasladarse al nuevo recinto de Cortes Valencianas, aunque con un resultado bien distinto. El club inglés, no sin mucho esfuerzo y limitaciones en cuanto a inversión en fichajes durante esos años, logró culminar la obra y toda la operación inmobiliaria que la acompañaba, mientras el estadio del Valencia CF quedaba parado y así sigue más de diez años después a la espera de que la última propuesta de la cooperativa ADU Mediterráneo vaya adelante.

El club londinense acometió el proyecto con capital cien por cien privado y, salvo un pequeño retraso provocado por la salida de uno de los bancos implicados, pudo trasladarse en poco más de dos años a su nueva casa, con una capacidad de 60.000 asientos frente a los 38.500 del viejo recinto, hoy convertido en Highbury Square, una urbanización con viviendas de lujo construidas sobre las dos gradas principales y el terreno de juego convertido en zona verde.

Así es el Emirates, estadio del Arsenal FC

La operación urbanistica del Arsenal fue en su momento una de las más importantes del reino Unido, incluyendo la construcción del nuevo estadio y financiando alrededor de 2.300 viviendas e instalaciones alrededor del mismo y del antiguo Highbury. Una inversión estimada de 430 millones de libras (más de 500 millones de euros), que el Arsenal asumió como promotor a través de la sociedad Ashburton Properties, subsidiaria de Arsenal Holdings. Arrancó gracias a un préstamo de 300 millones de euros a 14 años concedido por un grupo bancario compuesto por Royal Bank of Scotland, Espirito Santo Investment, The Bank of Ireland, Allied Irish Banks, CIT Group Structured Finance Limited y HSH Nordbank AG.

El resto del proyecto se financió con fondos propios del club, el contrato con Nike, la venta de las parcelas para la construcción de pisos y espacios comerciales y un acuerdo con la firma de restauración Delaware North, que explota en exclusiva los bares y restaurantes del estadio durante 20 años. Se estima que el Arsenal, que acusó la inversión y durante algunos años redujo el gasto en fichajes, todavía está amortizando cada año alrededor de 20 millones de euros de esta deuda, aunque el propio estadio le genera ingresos que antes no tenía.

El Arsenal valoró otras opciones en la ciudad de Londres, incluso la de jugar como local en el nuevo estadio de Wembley, pero finalmente optó por mantenerse vinculado al barrio en el que llevaba casi un siglo. Ashburton Grove, donde se encuentra el Emirates, está a menos de un kilómetro del viejo Highbury. El estadio ocupa una parcela triangular de casi 69.000 metros cuadrados en lo que era un antiguo polígono industrial.

En cuanto a las características del estadio, sobre el que por cierto ya se planea una remodelación trascurridos 13 años desde su puesta en marcha. está ideado para el espectador, rodeado de espacios públicos y con una megatienda del Arsenal de 10.000 metros cuadrados. Al contrario de lo que ocurrió con el proyecto del Valencia CF, en el que se proyectaron hasta 3.000 plazas de aparcamiento, el Emirates apenas se dotó den este sentido más que lo estrictamente necesario porque los estudios revelaban que más del 70% de los aficionados acudían en transporte público. En su lugar se destinaron fondos a ampliar los accesos desde las estaciones de tren y metro cercanas.

La cubierta de policarbonato translúcido permite que la mayor cantidad de luz solar alcance el campo, por una cuestión de eficiencia energética y por la especial preocupación que existía en el club por la calidad del césped. Un sistema informático garantiza que la luz natural y la circulación del aire sean siempre las adecuadas, tanto para el crecimiento de la hierba como la comodidad de los espectadores.

Al mismo tiempo que se construyó el nuevo estadio el despacho de arquitectos Allies y Morrison elaboró un plan innovador para construir 500 viviendas en los terrenos del viejo, respetando la historia de Highbury. Se mantuvieron las fachadas principales de gran valor arquitectónico y sentimental, las gradas se transformaron en apartamentos -fueron además los primeros en venderse- con vistas a a los jardines diseñados en el lugar donde estaba el terreno de juego.

Así son los pisos del viejo Highbury

Así son los pisos del viejo Highbury

Las gradas norte y sur, detrás de donde se ubicaban las porterías, fueron demolidas para proyectar edificios que incluían viviendas sociales y para estudiantes. También existía el compromiso por parte del club de dotar la zona con más servicios como guarderías y centros de salud. Las obras de demolición y construcción en el viejo estadio comenzaron poco después de quedar inaugurado el Emirates y se concluyeron a finales de 2008. Posteriormente se han desarrollado más viviendas y espacios comerciales en terrenos colindantes incluidos en este proyecto de urbanización.