Marcelino García Toral y sus jugadores no solo lloraron de alegría al final del partido. La emoción se apoderó del equipo antes de que comenzara la final de la Copa del Rey A algunos les resultó imposible contener las lágrimas en el vestuario del Valencia del Benito Villamarín. La culpa la tuvo el entrenador. El asturiano preparó un vídeo motivacional para tocar el corazón de sus futbolistas en los prolegómenos de la final. Y vaya si lo hizo. El mensaje del técnico caló en el vestuario y tocó las fibras de unos jugadores que saltaron al césped con una inyección emocional extra. Que se lo digan al Barcelona. Corría el minuto 33 y los de Ernesto Valverde ya habían encajado dos goles que les ponía muy cuesta arriba la final. El desenlace ya es sabido por todos.

Por la cabeza de Marcelino rondaba hacer algo así desde que el equipo eliminó al Real Betis en semifinales pero sobre todo desde que consiguieron el objetivo de la Champions la semana pasada. El técnico quiso que fuera algo muy personal y por eso, con la ayuda de su cuerpo técnico, grabó el mensaje del vídeo con su propia voz. El entrenador recordó lo «jodida» que había sido la temporada y que «juntos», «creyendo en nosotros», «confiando siempre en el equipo», habían logrado los objetivos y se habían ganado el derecho de jugar una final a base de compromiso, trabajo y unión. Marcelino quiso transmitir a sus jugadores que con la unidad y las ayudas de todos eran capaces de luchar contra cualquier adversidad y ganar a cualquiera.

El vídeo motivador de Marcelino arrancaba con momentos difíciles de la temporada para el equipo tanto en Champions League y acababa con las imágenes de la celebración del 3-1 de la remontada de cuartos de final contra el Getafe. Aquella noche fue muy importante para el vestuario porque significó una victoria que retroalimentó al equipo para el resto de la temporada. Fue una inyección de moral y autoconfianza para los jugadores que Marcelino quiso revivir minutos antes del partido a través de un vídeo motivacional.

Más allá de lo deportivo, otro de los aspectos psicológicos que también supo manejar Marcelino en la final fue el aislamiento en el hotel de concentración de Jerez a una hora del Villamarín. Al asturiano le salió bien. El cuerpo técnico quiso aislar al equipo para evitar el bullicio de Sevilla y especialmente para que los jugadores estuvieran tranquilos y relajados lejos de la tensión del partido y el nerviosismo de sus entornos. Marcelino consultó a los capitanes hace meses la posibilidad de pasar tres noches en Jerez y estos aceptaron. Sabían que si el técnico proponía algo así podría ser beneficioso para ellos. Como así fue.