«Puede que nos falte experiencia, pero nos sobra corazón», aseguraba Marcelino García Toral 24 horas antes de la final de la Copa del Rey. Ese corazón tuvo nombre propio en el Benito Villamarín: Francis Coquelin. El francés compitió con el alma y emocionó al valencianismo cuando en los últimos minutos sacó fuerzas de la nada para ayudar a sus compañeros a ganar al Barcelona. «Le dolía hasta el alma cuando acabó el partido, pero su bálsamo fue la Copa», decía un miembro de la expedición. Para la historia quedarán las lágrimas de Dani Parejo con el trofeo, la imagen de Jaume Domènech sentado en el larguero emulando al mítico Quique medio siglo después, los goles de Kevin Gameiro y Rodrigo Moreno y también las últimas jugadas de Coquelin delante del mismísimo Leo Messi en un ejemplo de esfuerzo y sacrificio.

El galo se atrevió a tirarle un autopase a Messi en el descuento. Minutos antes, en el 88, fue al suelo hasta tres veces seguidas para robar un balón a Malcom, Messi y Sergi Roberton y todavía le quedaron fuerzas para lanzar la contra desde abajo. Titánico. Francis explicó la jugada para Superdeporte en medio de las celebraciones. «Fue el minuto 88, era un momento muy importante de la final porque todos estábamos muy cansados y yo quería ayudar a mis compañeros para dar un poco de energía, luchamos hasta el final para mantener el resultado».

Coquelin no solo fue físico. La arrancada del segundo gol y el balón al espacio a Carlos Soler llevaron su firma. El francés cuajó su mejor partido en el Valencia aunque, con humildad, prefería restarse méritos. «Me sentí bien, pero creo no fui solo yo. Somos un equipo de once jugadores y la clave es que fuimos todos muy solidarios con los compañeros y eso al final te dan la victoria. No sé si es mi mejor partido en el Valencia, pero sí que sé que cuando me gustan este tipo de partidos grandes. Quería el título para mí, para el equipo y para la afición, que estaba mucho tiempo sin título. Ahora tenemos un título y vamos a trabajar para poder conseguir más», afirmaba.

Coque, como así lo llaman en el vestuario, se coronó en Sevilla como el auténtico anti-Messi apagando al argentino en la zona de creación del Barça. «Messi es Messi, pero hicimos un gran trabajo contra él, no tuvo muchas oportunidades de marcar gol, pero no es mi trabajo, es el trabajo de todo el equipo. El equipo siempre responde en los momentos difíciles». También ha superado adversidades Coquelin este año. El valencianista comenzó en la enfermería con una grave lesión y la ha acabado levantando al cielo un título de Copa. «Después de un año tan difícil con la lesión tan grave del tendón de Aquiles volver y ganar un título es lo que yo soñaba cuando firmé en el Valencia. Hemos ganado un título después de muchos años, ha sido muy importante para nosotros porque fue la primera parte de la temporada fue muy difícil al principio y una segunda parte en la que lo hicimos muy bien, acabar la temporada con un título es muy grande y ojalá pueda conseguir más en el Valencia», decía ilusionado mirando al futuro. Es el hambre del futbolista que no se conforma y siempre quiere más y más. Ganar títulos con futbolistas como Coquelin es y será siempre más fácil.