La de Koba Koindredi es una de esas historias poco comunes en el fútbol. El joven centrocampista del Valencia CF brilla estos días con la selección francesa en el Torneo de Esperanzas de Toulon como antes hicieron Koeman, Zidane, Riquelme, Henry, Lampard, Aimar, Cristiano Ronaldo o Falcao y en el club de Mestalla se frotan las manos convencidos de que aunque solo tiene 17 años están ante un chico que tiene todo lo necesario para convertirse en un jugador de clase mundial. Su trayecto hasta Paterna es curioso. Sus orígenes están justo al otro lado del planeta, en pleno océano Pacífico. Su familia viene del suburbio de Païta, Numea, en la provincia sur de la isla de Nueva Caledonia. De allí salió su padre, Nicolas, siguiendo los pasos de su abuelo -en junio de 1916 partió desde el puerto de Numea para defender a Francia en la Primera Guerra Mundial- como militar. El papá de Koba fue destinado a Yibuti en misión de paz y como la suya es una familia que siempre ha hecho un esfuerzo por mantenerse unida -ese valor está marcado a fuego en los Koindredi- esa se convirtió en la cuna del jugador del Valencia y las categorías inferiores de Francia.

Koindredi ha dado pinceladas de su potencial ante Catar y Brasil en las primeras dos jornadas del torneo jugando como medio ofensivo, un poco más por delante que en el Valencia CF. Al tratarse de un jugador que mezcla el potencial atlético con la capacidad técnica y es asociativo en su lectura del fútbol la federación francesa lo ha adelantado unos metros en Toulon por una cuestión cultural -en Francia el mediocentro defensivo suele ser un fundamentalista del trabajo defensivo-, si bien en Paterna lo ven jugando en la élite por delante de la defensa, dando estabilidad y calidad a la salida del balón, o bien como interior al estilo Seydou Keita, uno de sus grandes referentes. Koba es un diamante que no entró en un centro de formación hasta el verano del 2017 -con 16 años-, cuando la gran mayoría de chicos a los doce o trece años ya suelen tener acuerdos con clubes profesionales. Hasta entonces jugó en el EFC Fréjus Saint-Raphael, el equipo amateur de su localidad al sur de Francia, cerca de Cannes. Algunos equipos habían detectado su potencial y habían tratado de sacarlo de Fréjus pero la voluntad de mantener esa unión familiar que lo llevó a nacer en Yibuti le hizo rechazar distintas propuestas para no separarse de los suyos. Finalmente fue en mayo de 2017 cuando una importante persona de fútbol convenció a los Koindredi de que fuera a probar al RC Lens, que quedó prendado de sus talentos. Llegaba a una de las mejores canteras de Francia.

Su ascenso en el RC Lens es fulgurante. Juega con el equipo Sub-17, con el Sub-19 y en el mes de enero ya va convocado con la selección francesa jugando su primer partido en San Pedro de Pinatar (Murcia) frente al filial del Murcia y ante un equipo chino dentro de una selección algo experimental, dado que faltaban algunos de los jugadores más representativos. Koba convence por la vía rápida y la FFF no duda en apostar por él -al punto que su nombre ha estado recientemente en la prelista para el Europeo Sub-19- pero cuando vuelve a su equipo tras la Ronda Élite Sub-17 deja de jugar. El RC Lens teme su marcha ante el interés de clubes ingleses e italianos. Su familia siempre lo tuvo muy claro: «mientras esté bien, se queda». La prioridad del chico eran los estudios y un proyecto deportivo, todo eso parecía tenerlo en el RC Lens. Incluso, era reacio a cambiar de país, una situación que puede resultar algo traumática siendo tan joven. Sin embargo, el club francés no lo gestionó de la mejor manera. Lo arrinconó y lo acabaría perdiendo. Es entonces cuando aparecen Pablo Longoria y el Valencia CF.

La dimensión del Valencia CF no está reñida con la voluntad sacar jugadores jóvenes para el primer equipo y eso maravilló a Koba. Los casos de Gayà, Jaume, Lato, Ferran o Soler le invitaban a creer. Eso... Y el mar. En la cultura oceánica el mar tiene una importancia radical y el Mediterráneo fue clave. El Valencia CF convenció a Koindredi el pasado verano y el jugador informó al RC Lens de que no iba a renovar, una decisión que evidencia su personalidad y el carácter pese a su juventud. Se le presentó incluso una propuesta para convencerlo y dijo "no". Quedándole un año de contrato, el club francés se pone a la defensiva pese a que cuenta con una oferta correcta para la situación y la edad del chico por parte de Longoria, y eso evitó que pudiera venir en verano. El RC Lens tensó la cuerda, pasó meses difíciles después de mucho pelear, pero en enero el Valencia CF hizo un esfuerzo y logró desbloquear la situación. Ahora vive en la residencia de Paterna -no es extraño verle con un instrumento de cuerda típico de Oceanía- y este verano toda su familia se trasladará a València. Los Koindredi vuelven a reunirse, como antes hicieron en Yibuti, Fréjus y Lens. Entrena con el primer equipo, ya ha debutado con el Valencia Mestalla, hará la pretemporada a las órdenes de Marcelino y en el club los técnicos le adivinan una progresión enorme a futuro. Toulon confirma su evolución.

"El número ocho es un futbolista excepcional"

Francia cayó derrotada en la segunda jornada contra Brasil por cuatro goles a cero pero eso no impidió a Koindredi cuajar una buena actuación. Nada más acabar el partido el central brasileño Lyanco Vojnovic, que tiene 22 años y juega en el Bolonia, analizaba el encuentro y decía: «tengo que felicitar al equipo, la gente sabe que el equipo que ha traído Francia al torneo es de los más jóvenes pero han demostrado que han venido para competir, para jugar y para ganar». Sobre si la preparación fue la misma o fue diferente por esta circunstancia dijo que "la gente dio el máximo, sabiendo que Francia era una de las favoritas del campeonato» y destacó, sin necesidad de que nadie le preguntara por ello, la participación de Koindredi. Le ve futuro: «A pesar de ser muy joven, por ejemplo, la gente ha podido ver que el número ocho de Francia es un futbolista excepcional».