Central de 24 años y 1,91 m., Iván Márquez se ha hecho un hueco en el once del Korona Kielce y en el corazón de la hinchada de este equipo de la Ekstraklasa, primera división polaca. Emigrante del balón, el marbellí recuerda con nostalgia su año en el Valencia Mestalla y admite que mantiene clavada la ‘espinita’ de no haber podido hacer carrera en Málaga y Pamplona.

—Cuando escucha Valencia CF

—¡Alegría! Allí son muy parecidos a los malagueños, mis paisanos. Me tiran mucho los orígenes, València es la mejor ciudad para vivir, sobre todo, por el clima, calidad de vida, gente cercana€de diez para vivir.

—¿Cómo fue la experiencia con Lubo Penev en el filial del Club?

—Buena. Sé que no salió bien del Valencia, pero hablando de mi experiencia personal, todo correcto, incluso, el pasado verano el CSKA Sofia de su país me quería, y él les habló bien de mí. El club búlgaro se reunió con mi padre en Marbella para ficharme. Al final no se dio, pero me consta que Lubo trató siempre de ayudarme y eso lo valoro muchísimo.

—En el invierno 17/18 estuvo cerca de debutar con el primer equipo por las lesiones de Garay y GarayMurillo

—Sí, hubo oportunidad, una carambola que se pudo dar y fue triste que no pasara. Yo entrenaba habitualmente con el primer equipo, así lo quiso Marcelino y él quería contar conmigo, pero si lo hacían tenían que hacerme ficha con la primera plantilla al ser mayor de 23 años. Estaré agradecido al club porque hizo todo lo posible. Me vinieron a la mente mi debut en Primera con Osasuna, con la familia animándome, y me hacía ilusión que volviera a ocurrir en un equipo de la talla del Valencia. Si hubiera tenido un año menos hubiese jugado en Primera otra vez... ¡Una lástima!

—Precisamente, uno de los partidos que jugó a finales de 2016 con los 'rojillos' en El Sadar fue contra el Barcelona. ¿Cómo llevó lo de marcar a Leo Messi

—Imagínate (suspira)... Al verlo en el campo no me lo creía, siendo sincero lo miraba y parecía un muñeco de cera. Hacía nada jugaba con él en la videoconsola. Parecía que jugaba andando y, de repente, había dado un pase sin mirad, cambiaba el ritmo y se iba de todos.

—¿Cree que futbolistas como usted están infravalorados en España

—Sí, un poco. Por eso estoy en Polonia. En España se creen que juegan en el patio del colegio, como hablo mucho con Airam Cabrera -jugador tinerfeño del MKS Cracovia-, y habría que ver a más de uno por aquí. Si no están bien, en la liga polaca te pintan la cara igual.

—Málaga, Atlético

—El Valencia CF. Siempre estuvieron pendientes de mí, miraban por mi futuro y mi bienestar y eso no lo hace cualquier club. La mayoría mira sólo por sus intereses.

—¿Conocía algo de su club actual y de Polonia

—Sabía que estuvieron Palanca, Ábalo y, especialmente, Pacheta, ahora entrenador del Elche. De Polonia poca cosa, temas históricos como Auschwitz, Juan Palo II...

—¿Cómo lleva un marbellí la adaptación a un país tan distinto?

—El frío lo aguanto como puedo, paso bastante tiempo en casa. Es un lugar bonito y tranquilo. Pese a la dificultad del idioma me adapto rápido. Por ejemplo, nadie habla español y yo sólo me integré con el idioma del balón.