Campeones. El Valencia CF hace historia en su Centenario tumbando al gigante, el Barça, que apretó hasta después del pitido final con Messi amenazando el corazón de todos los valencianistas. Partido de diez, desde el primero hasta el último de los protagonistas, con un Parejo de talla mundial, con Gabriel, Garay, Gayà, Coquelin y Kondogbia luchando como gladiadores, con un Jaume Domènech providencial, con Rodrigo y RodrigoGameiro como grandes goleadores y con un Carlitos Soler que se graduó con honores. El Valencia CF se adelantó en el marcador como en las últimas dos finales de Copa, superando en la primera parte a un Barça que se empleó a fondo en la segunda y vuelve a tocar metal. Once años después el conjunto de Mestalla toca la gloria. Por los que no lo habían vivido, por los que dejaron de creer y por los que pensaban que ya no vivirían algo así. El Valencia CF es campeón de la Copa del Rey

Comenzó volcado el Barça, pivotando en torno a un Messi que salió en punta pero que desde los primeros compases dejó claro que no iba a ceñirse al papel de rematador. El '10' es el cerebro. Mueve al equipo, asiste y cuando puede ejecuta. En torno a él salió el conjunto de Valverde, avasallando y tratando de descerrajar la defensa del Valencia CF, que paradójicamente fue el primero en golpear en una acción en la que a punto estuvo de perforar la portería. Lenglet despejó hacia el centro un envío en profundidad de Soler y el balón lo adoptaba Rodrigo pero en el mano a mano con Cillessen, donde uno se mide con el destino, optó por la opción más complicada: regatear al portero. El último toque le quedó largo y su disparo, ya forzado, lo sacó Piqué en la misma línea de gol. Tenía que haber fusilado a la primera. Clarísima la primera del Valencia CF en el minuto cinco. Tras el paréntesis volvía a apretar el Barça y Marcelino pedía a los suyos que salieran de la cueva, que fueran a presionar arriba, consciente de que sobrevivir noventa minutos en bloque bajo es una quimera. Fue entonces cuando Gabriel Paulista levantó la cabeza, encontró a Gayà. El balón lo tenía José pero Kevin estaba en el spotlight y es que nadie se desmarca como Gameiro. Todo el Villamarín fijaba su antención en el '9' cuando este, nada más recibir superaba a Jordi Alba con solo un toque y cargó la pierna. Zambombazo adentro de la portería. Misil teledirigido para poner al Barça contra las cuerdas con solo tres toques.

Se lo creía el Valencia CF, que sin abandonar su papel, fue avanzando yardas poco a poco. En una de esas, copiando la fórmula del primer gol, Rodrigo hizo el segundo. Coquelin vio a Soler y este, pura potencia, caricaturizó a la carrera a todo un velocista como Jordi Alba. Noche difícil la del barcelonista porque el Chino es de los que no fallan. Lo demostró ante el Alavés, lo demostró ante el Valladolid y llegaba a la final dispuesto a hacer historia. Ganó línea de fondo y conectó con eficacia con la cabeza de Rodrigo, que esta vez no perdonó. Dos goles nunca es una diferencia insalvable para el Barça, como ya quedó demostrado en el partido de la primera vuelta en el Camp Nou. Lo avisó Marcelino en la previa y no se equivocaba. El trauma de Liverpool, lejos de pesar en la mente de los azulgrana, parecía espolearlos. Apretón hasta el descanso pero entonces apareció Jaume Domènech. No se puede dudar del Gat d'Almenara, que se estiró en dos ocasiones en el tramo final del primer tiempo para contener a Messi. En la más difícil, un zurdazo desde la frontal, puso una mano durísima que celebró como si hubiera marcado un gol. El Benito Villamarín coreaba su nombre y él miraba al cielo, esta es para su abuelo, que ya no está.

Durante el descanso Valverde cocinó dos cambios en busca de algún tipo de reacción. Malcom y Arturo Vidal entraron por Semedo y Arthur. El Valencia CF iba a sufrir porque el Barça se metía en el partido y cada vez que entraba en acción Messi se disparaban las alarmas. El argentino probó con una falta desde la frontal -con lo que eso supone- pero se estiró Garay para sacarla con la cresta. Todos los jugadores del Valencia CF arrimaban el hombro. Gabriel, Rodrigo, Parejo, Gayà y compañía se vaciaban a la hora de achicar pero hay veces que ni la superioridad numérica puede con Messi. El argentino, endiablado cada vez que tocaba la pelota, se toparía con el poste tras una acción individual. Para ganar al Barça en una final no solo basta con hacer un partido perfecto sino que además hay tener una pizca de suerte. Apretaba el Barça asumiendo riesgos y al Valencia CF se le caía Parejo, lesionado tras un golpeo de falta. Llegaba la hora de Kondogbia, resuelto a remar también, como Piccini, que entró en lugar de Gameiro.

Messi metió el miedo

Messi recortaría distancias tras una parada de Jaume a cabezazo de Lenglet y apretó todavía más las cosas. Quince minutos por delante al paso del 'cooling break', toda una eternidad. Cabeza y líneas juntas pedía Marcelino mientras Parejo, cojo, animaba a sus compañeros y hacía aspavientos para levantar a la grada. Demasiado encajonado el Valencia CF, que fiaba el sueño de la octava a la supervivencia. Cortos de piernas y cortos de casi todo. En frente un gigante a la desesperada. Coquelin se jugaba el tipo, Soler se coronaba y Guedes falló dos de las que no se pueden fallar. El corazón del valencianismo padeció de lo lindo pero valió la pena. Campeones.

Ficha técnica:

1 - Barcelona: Cillessen; Semedo (Malcom, m.46), Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Arthur (Arturo Vidal, m.46), Busquets, Rakitic (Aleñá, m.76); Sergi Roberto, Messi y Coutinho.

2 - Valencia: Jaume Doménech; Wass, Garay, Paulista, Gayà; Carlos Soler, Coquelin, Parejo (Parejo, m.65), Guedes; Rodrigo (Diakhaby, m.88), Gameiro (Piccini, m.72).

Goles: 0-1, M.21: Gameiro. 0-2, M.33: Rodrigo. 1-2, M.73: Messi.

Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (Comité Navarro), quien se despidió del arbitraje profesional. Amonestó a los barcelonistas Busquets (m.61) y Arturo Vidal (m.89), y a los valencianistas Gayà (m.53) y Kondogbia (m.70).

Incidencias: Final de la Copa del Rey disputada en el Benito Villamarín ante unos 54.000 espectadores. Césped en perfecto estado. Presidió el partido desde el palco el Rey Felipe.