El fichaje de Cillessen está cerrado y solo falta el anuncio oficial, que está previsto para el día de hoy. Con el neerlandés en València -ayer superaba los exámenes médicos con éxito y firmaba su nuevo contrato- se espera que Neto haga lo propio en Barcelona. De momento el brasileño está fuera de España de vacaciones y su llegada a la Ciudad Condal no debe prolongarse en el tiempo. El trueque de porteros está hecho y ahora comienza una partida de póker. Lo que ha sucedido hasta ahora es solo el punto de partida, la base sobre la que se han armado una serie de conversaciones por otros jugadores que van a comenzar a adquirir una nueva velocidad, cobrando forma o diluyéndose de forma definitiva. La operación de la portería ya ha sido una cuestión de ingeniería que permite solventar -además del cambio a nivel deportivo- la necesidad contable de los dos clubes, de hecho no hay dinero líquido de por medio. Y a partir de ahí los nombres están marcados. El Valencia CF ha mostrado interés en fichar a Denis Suárezy a Rafinha en las últimas semanas. De los dos, por motivos contables, dado que tienen fichas altas para el microcosmos valencianista, solo es viable fichar a uno y en el club -a nivel interno- hay un debate encendido al más alto nivel.

Marcelino le ha transmitido a los responsables del aparato ejecutivo, en este caso Mateu Alemany, que Denis Suárez es el jugador que necesita en banda para seguir creciendo y ha dado su palabra al gallego de que lo fichará. El jugador está por la labor, espera al Valencia CF y está dispuesto a dejar de ganar una cantidad que roza los tres millones de euros -en el total del contrato, no solo en una temporada- sobre el fijo que tiene estipulado en contrato que tiene con el Barça. Por otro lado, Mateu Alemany y Pablo Longoria son partidarios de fichar a Rafinha. La discrepancia es más económica que deportiva, aunque es una cuestión compleja y difícil de descifrar. Mateu y Pablo consideran que el centrocampista brasileño tiene un potencial enorme y que es un momento propicio para sacarlo -con unas cláusulas de disponibilidad- por un precio adecuado e incluso se bajaría la ficha porque tras sufrir dos roturas de cruzado y una lesión de menisco se aferra a un clavo ardiendo. Rafinha de momento pide algo de tiempo.

Y en esa disyuntiva, en el uno u otro, es donde se encuentra ahora mismo la operación. Entre tanto, Mateu Alemany trata de sacar partido de la situación por la que atraviesa ahora mismo el Barça. El club azulgrana tiene la necesidad de vender por valor de 70 millones de euros antes del día 1 de julio, el tiempo le apremia y ayer mismo traspasaban a André Gomes al Everton por 25 millones más variables. La cosa no acaba ahí y tanto Rafinha como Denis son nombres que están en la rampa de salida.

El Barça, imprevisible

El director general valencianista aprieta para sacar a uno de los dos a buen precio. Por otro lado, el Barça tiene un problema y es que el trueque no ha sentado del todo bien en la opinión pública ni tampoco a nivel interno. El conjunto catalán tiene una estructura llena de dirigentes y un entorno mediático muy político, situación que favorece las grietas y los pulsos por la presidencia. Josep María Bartomeuno puede permitirse el lujo de cerrar el ejercicio con pérdidas y después del batacazo en Champions y de la decisión de ratificar a Ernesto Valverde -un movimiento atrevido y casi contracorriente- está en el foco. El Barça está demostrando ser un club imprevisible a la hora de negociar y es que a última hora quería vender a Cillessen al Valencia CF por una cantidad superior a lo pactado. Pretendían los catalanes que Cillessen costara 35 y Neto 30 millones de euros. Y ahí hay partida de póker también. El Valencia CF se hace fuerte con lo que ya está acordado y solo aceptaría si esos cinco millones de euros se restan del traspaso de Denis Suárez o de Rafinha. Las conversaciones están en marcha. El corredor mediterráneo está muy caliente. Los porteros ya son una realidad. En los próximos días se va a seguir negociando.