Krakow Stadium, 20:45 horas del día 30 de junio de 2017. «¡Todo lo que han dicho sobre nosotros, vamos a callarles, va!». Esas palabras resuenan con fuerza en el túnel de vestuarios y llevan el sello de uno de los pesos pesados del anterior ciclo de la Sub-21, un jugador con la influencia que puede tener Carlos Soler en el combinado actual. La última final del Europeo de la categoría contó con los dos mismos equipos que hoy se miden en Udine. La Rojita vuelve a verse las caras con Alemania. En aquella ocasión Max Meyer anunció en la previa lo que después acabaría pasando: «tenemos que jugar sucio, tenemos que empezar con pequeñas faltas o con juego sucio para que los españoles pierdan la alegría por jugar al fútbol». Las palabras de Pollersbeck, héroe germano en la semifinal ante Inglaterra al detener dos penaltis, acabaron de encender la mecha. El guardameta, crecido, llegó a decir: «tenemos que demostrar a los españoles cómo se juega una final». Aquella noche en Polonia la selección alemana dejó sensaciones muy negativas en el seno de la RFEF, tiró por tierra cualquier expectativa y obligó a España a hacer autocrítica y reflexionar. «No hemos tenido personalidad, nos han comido», admitía Deulofeu. El revés de la Euro 2017 fue durísimo.

Dos años después la Rojita quiere volver a dominar el viejo continente. La carta de presentación de los nuestros impresiona. De las últimas cinco ediciones ha jugado cuatro finales -la única vez que no lo ha hecho fue en 2015, cuando cayó en la fase de clasificación para el torneo- siendo campeona en Dinamarca 2011 y Israel 2013. Es hora de recuperar el trono. Las sensaciones son positivas. El Europeo comenzó con un tropiezo ante Italia que, en cierto modo, recordó por las formas a aquella final de 2017 pero durante el transcurso del torneo -el formato es durísimo- la Sub-21 ha demostrado que aquello no fue más que un accidente. La semifinal ante Francia, con goleada incluida, fue un golpe de mando en toda regla. Una inyección de confianza en el momento justo. Luis de la Fuente ha variado su hoja de ruta sobre la marcha, demostrando que es un técnico con la seguridad y la elasticidad suficiente para dar una vuelta a su plenteamiento si los resultados no llegan. En torneos tan cortos un volantazo puede ser letal. En este caso ha surtido efecto. Cierto es que contar con una plantilla de la calidad de la suya amortigua cualquier impacto. No se puede negar que el riojano ha encontrado un camino y todo apunta a que lo va a mantener en la gran final. En ese cambio de piezas uno de los grandes damnificados es Carlos Soler. El valencianista fue una de las referencias más claras de la fase de clasificación . Esta temporada -hasta el comienzo del Europeo- había jugado todos los partidos, tanto oficiales como amistosos y llevaba pleno desde el mes de septiembre de 2017 -momento en el que arranca este ciclo de la Sub-21 tras el subcampeonato de Polonia- jugando 15 de titular y uno como suplente.

El primer partido del Europeo lo jugó de titular y en el segundo, ante Bélgica, De la Fuente lo cambia al descanso. El '7' pagó los platos rotos. Ante Polonia no jugó ni un minuto y frente a BélgicaFrancia. Incluso, a punto estuvo de marcar un golazo de vaselina por encima del portero que recordaba mucho al que marcó ante el Celta de Vigo en su primera temporada con el primer equipo, si bien el defensa lo evitó a la desesperada sobre la misma línea de gol. Soler es uno de los siete jugadores que estuvieron en la final del anterior Europeo frente a Alemania -también Ceballos, elegido MVP del torneo, Oyarzabal, Mayoral, Vallejo, Meré y Mikel Merino- y quiere ser campeón. Esto solo se vive una vez en la vida y en su caso tiene una bola extra. Si jugará de titular o no, esa es una cuestión que definirá el seleccionador nacional a lo largo de la jornada de hoy en la medida que vaya acercándose el partido pero todo apunta a que va a dar continuidad al equipo que pasó por encima de Francia. Soler ya sabe lo que es que lo den como suplente antes de una final. Ocurrió durante la semana de la final de Copa y eso provocó una motivación extra en el futbolista, que salió al campo resuelto a hacer historia. Aquel día fue decisivo. Se coronó. Quien tampoco parece que vaya a ser titular es Manu Vallejo, mientras que el granota Borja Mayoral afronta la final con un reto, el de batir un récord.

Un portero hecho en Paterna

Suma 16 goles con la Sub-21 y está a sólo uno de Gerard Deulofeu, que logró 17 en su etapa previa a la absoluta. «Es una cifra goleadora bastante alta, soy el segundo máximo goleador de la Sub-21 y ojalá pueda ayudar al equipo con un gol o incluso dos y supere el récord», expresaba en declaraciones a Sefutbol. Por otro lado, Sivera se ha convertido en uno de los nombres propios de este Europeo. El de Xàbia, formado en el Valencia CF y actualmente en el Alavés, se ha hecho con la portería durante el transcurso del torneo y hizo una gran actuación ante Francia, dejando paradas clave en momentos determinantes. Sivera puede hacer historia en primera persona. Hoy, ante Alemania, quiere cerrar el círculo que empezó en verano de 2015, cuando conquistó con esta misma generación -junto a Unai Simón, Antonio Sivera, Jesús Vallejo, Jorge Meré, Aarón Martín, Dani Ceballos, Mikel Merino, Alfonso Pedraza y Borja Mayoral- y a las órdenes de De la Fuente el Europeo Sub-19 de Grecia. Tiene asegurado su sitio en el once. España llega fuerte. El 4-1-4-1 dibujado en los últimos dos partidos por De La Fuente, con Oyarzabal de falso nueve delante de una línea de tres formada por Fornals, Ceballos, Fabián Ruiz y Dani Olmo dio imprevisibilidad al juego español y el resultado fue contundente: nueve goles en dos duelos, ambos decisivos.