Ferran Torres se puso la capa para vestirse de héroe. El valenciano tiró el penalti definitivo para llevar a la generación del 2000 de la Selección Española a su tercera final consecutiva y volver a demostrar que es un futbolista al que darle la responsabilidad en situaciones límite. Hugo Guillamón firmó un clínic defensivo de mucho nivel para frenar el potencial galo.

En la primera parte España iría de menos a más. Hasta el descanso para hidratarse fue Francia la que parecía mejor plantada sobre el terreno de juego, pero la masterclass defensiva de Eric y Hugo sirvió a La Roja para aguantar el ímpetu francés. A pesar de la diferencia de envergadura, los centrales españoles lograron contener a Abi base de buenas anticipaciones y jugar con inteligencia para evitar el cuerpeo.

El equipo fue creciendo poco a poco y cerca de la media hora Ferran rozaría el gol con un gran testarazo a la salida de un córner. Su remate, no obstante, se encontraría con un providencial Ponceau en la misma línea de meta. La ocasión, a pesar de que tuvo la réplica francesa en las botas de Flips enviando un balón al travesaño, daría alas a una España que se instalaría en campo contrario y se quedaría a las puertas de abrir la lata con un jugadón que acabó con un gran disparo de Abel Ruiz al filo del descanso.

Tal y como acabó la primera empezó la segunda parte. Solamente tres minutos después de la reanudación los de Santi Denia rozarían el gol tras una cabalgada de Ferran idéntica a la de Carlos Soler en la final de Copa del Rey, pero a su pase no llegaría Bryan Gil. España se envalentonaba y subía el bloque para apretar la salida de una Francia incapaz de imponer su juego.

Con un Ferran estelar arriba y unos centrales que abortaban cualquier atisbo de contragolpe por parte de Francia, el conjunto español se adueñó del partido por completo y buscó el gol con insistencia. Miranda, el improvisado goleador del torneo, también se quedaría a escasos centímetros de abrir la lata. El apabullante dominio de los de Denia, no obstante, no se lograba traducir en el tanto inicial. A pesar de que algún centro lateral del cuadro bleu sembró el nerviosismo, la mejor ocasión del partido la tendría Abel Ruiz solo ante el portero tras un pase filtrado de Ferran -ya actuando como segundo delantero-, pero su disparo saldría mordido. Ante la incapacidad de tumbar el muro francés se iba a llegar a la prórroga.

El tiempo extra tendría poca historia. En el primer tiempo ambas selecciones aprovecharían para hacer cambios y refrescar el equipo. A pesar de que España lo buscó algo más, no hubo ocasiones reseñables. El segundo tiempo fue más de lo mismo, ambos equipos estaban completamente fundidos y, a pesar de que La Roja lo intentó, jugó más con el corazón que con la cabeza. El partido llegaba a su fin y la tanda de penaltis dictaría el desenlace.

La tanda dictó sentencia

Ambos empezarían marcando, pero en la segunda oportunidad para los franceses se empezó a decantar la balanza en favor de España con la parada de Arnau Tenas a Isidoor. En la tercera ronda errarían ambos, Caqueret para Francia y Hugo -que no pudo redondear su exhibición defensiva- daban emoción a una tanda que parecía escrita desde entonces. Tras marcar los dos Francia, el último y decisivo penalti era el de Ferran. El líder natural de la generación del 2000 llevaba a La Roja a un histórica final tras marcar su lanzamiento engañando al guardameta. Quién si no.