El Valencia CF buscaba gol y Maxi Gómez es un goleador. El charrúa es un ariete poderoso, letal en el área y que va a enriquecer -y mucho- los recursos del frente de ataque del equipo de Marcelino García Toral. El uruguayo es un perfil del que se carecía y que el equipo ha necesitado en multitud de encuentros a lo largo de la pasada temporada. El conjunto valencianista da un salto de calidad importante con su llegada.

Maxi es un jugador que se desenvuelve como pez en el agua dentro del área, que destaca por su habilidad en la finalización y que posee una gran capacidad de intimidación en el duelo con los centrales gracias a su portentoso físico. Ver al uruguayo cerca de la portería suele ser sinónimo de peligro y los números así lo acreditan, con el Celta de Vigo ha marcado la friolera de 31 goles en sus primeros pasos en Europa y con Defensor Sporting dejó huella por los 29 tantos que hicieron campeón al "cometa".

Sus dos principales fuertes a la hora de rematar son el cabeceo y el primer toque. El charrúa no es un delantero que se genera su propia jugada o que finaliza tras regatear, sino que necesita pocos toques para dirigir el balón a portería. Atacar el balón y golpear con potencia es lo que le hace un '9' diferencial dentro de la zona de castigo. Esta habilidad puede ser de capital importancia en partidos en los que el rival obligue al Valencia a llevar la iniciativa y vivir en campo rival, algo que ha sucedido con frecuencia especialmente en Mestalla. En partidos como contra el Espanyol, Eibar o Real Sociedad el equipo murió en la orilla por la falta de una referencia a la que enviarle centros.

El hecho de ser un atacante eminentemente rematador no es, ni mucho menos, un corsé. Maxi trasciende el estereotipo de 'delantero tanque' y aporta muchos más recursos que simplemente cazar balones llovidos. Trabaja, desgasta a las defensas y oxigena el juego fuera del área. «Es jugador es muy bueno con los pies, un futbolista que siempre es referencia de área pero que a la vez puede combinar por bajo tanto sea con un segundo punta o un banda, un volante externo que juegue por fuera», afirmaba Gonzalo de los Santos en una entrevista a SUPERGonzalo de los Santos.

En esta línea, estamos ante un '9' que baja el balón con el pecho, que aguanta las tarascadas de los defensas y que es capaz de activar a la segunda línea de ataque en el último tercio de campo. Futbolistas como Soler, Guedes, Gameiro o GuedesGameiroCheryshev sacando a los centrales de zona.

La principal duda que genera su perfil es como va a desenvolverse contragolpeando a campo abierto. Cierto es que el uruguayo es un delantero contracultural a la propuesta futbolística de Marcelino y no se puede esperar de él conducciones de 40 metros con el balón controlado, pero sí combinaciones con la segunda línea y proyección de hombres más veloces a la espalda de la defensa. Se ha hablado mucho del 'bajón' de rendimiento que experimentó sin Iago Aspas en el equipo y lo cierto es que Maxi sufre mucho sin un socio en ataque con el que retroalimentarse y que haga de enlace con la medular. En el 4-4-2 valencianista, eso sí, contará siempre con una pareja de baile del perfil de Rodrigo, sea el hispanobrasileño o el que llegue para sustituirle.

Un aspecto positivo a tener en cuenta es que, a pesar de su juventud -22 años-, llega al Valencia CF con la adaptación al campeonato ya hecha. Desde que cruzó el charco hace ya dos temporadas ha progresado mucho en los apartados técnicos y físicos y su umbral de crecimiento todavía es muy elevado, más si cabe de la mano de un técnico como Marcelino que cuida mucho la alimentación y la preparación física, lo que le hará ganar en explosividad y potencia. A pesar de estar ya consolidado en La Liga, Maxi tiene mucho jugo todavía por exprimir. Su carácter, por último, es muy competitivo. No es el estilo canchero de otros compatriotas como Godín o GodínLuis Suárez y se marcha a casa enfadado si no marca.