Hace 20 años el Real Zaragoza anunciaba la venta de uno de sus jugadores titulares, Cristian Alberto González iba en dirección a Mestalla. Kily González se convertía en jugador del Valencia CF. Un fichaje que llegaba en el verano posterior a la Copa del Rey de La Cartuja y que a posteriori formaría parte del Valencia campeón de Liga de 2002 y dos veces finalista de la Champions League. Ya el 2 de agosto de 1999, SUPER avanzó la llegada del Kily a Mestalla. « Ha habido conversaciones pero nada oficial. El Valencia es uno de los equipos más grandes de Europa», contó el argentino a este periódico. A sus 24 primaveras, cumplía años ese mismo jueves 4 de agosto a lo que el extremo izquierdo respondía que «sería un buen regalo la camiseta».

El Valencia fichaba al Kily González el 3 de agosto, aunque SUPER solo publicaba la intención de un Pedro Cortés que no quería «eternizar» la arribada del rosarino. Una vez llegado el 4 de agosto de 1999, este periódico desvelaba todos los detalles de un traspaso oficial el día anterior. La negociación se cerró en una cantidad que rondó los 1.300 millones de pesetas y el nuevo murciélago cobraría sobre 200 'kilos'.

La operación se gestó en la noche del 3 de agosto en Madrid con un intermediario de Bahía -José Antonio Martín-, el representante de Kily -Marcelo Lombilla- y Manuel Llorente, en ese momento consejero delegado y gerente del club. El nuevo fichaje firmó por cuatro temporadas. El 4 de agosto, Kily González iba a ser la sorpresa de la fiesta de presentación del Valencia CF. Una cita que quedó en la memoria del jugador ya que «me cantaron el cumpleaños feliz 55.000 personas y eso no hay mucha gente que lo pueda vivir», recordó Kily en una entrevista del club en 2012. No obstante, el internacional albiceleste fue presentado oficialmente antes del acto que inauguraba la temporada valencianista.

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El propio Kily visitó la redacción de SUPER donde dejó varios detalles como de donde viene el mote futbolístico -un amigo se trabó al llamarle Cris-, sus visitas a El Saler cuando jugaba en el Zaragoza o que llevaba la mascota de Rosario Central tatuada en el brazo derecho.