Pasaban las siete de la tarde cuando Mateu Alemany abandonaba las oficinas del Valencia CF todavía como director general. Cinco horas de una reunión que proseguirá este martes para conocer el desenlace. La cita con Anil Murthy, emisario de Peter Lim, empezó a la hora de la comida con el mallorquín más fuera que dentro. A su salida, Alemany dejaba una rendija para la esperanza de los aficionados, que no entienden esta ruptura entre la cúpula en Singapur y los ejecutivos en València. «Si estamos hablando es por algo, hablar siempre es positivo», decía abrumado por el cariño de los seguidores mientras se marchaba al volante. «¡No es un negocio, es un sentimiento!», era el cántico de fondo de los valencianistas presentes, que se confundía con las palabras del dirigente que con el apoyo de Marcelino -técnico de su elección- y los jugadores obró el renacer de un VCF que había naufragado en los dos años anteriores.

Ahora el organigrama y el futuro deportivo se mantienen en el aire hasta este martes, donde se retomarán las conversaciones. Lo dicho por el director general y las cinco horas encerrados en el club confirman lo publicado por este diario, la voluntad de Murthy, aunque es «difícil», de reconducir la crisis. El presidente, asimismo, tiene previsto verse con Marcelino y los capitanes para que el técnico no renuncie al banquillo del campeón de Copa.

En los últimos días la entidad de Mestalla ha vivido en una tensa y aparente normalidad. Tranquilidad sólo en apariencia porque la realidad es que el desencuentro entre el máximo accionista y el director general «viene de lejos», como así se afirma desde las entrañas del vestuario. Hace menos de dos semanas Anil Murthy volvía de Singapur, junto a Mateu y Marcelino, confiado en que la convivencia podría subsistir, al menos, durante la temporada que arrancará el 18 de agosto frente a la Real Sociedad. En el cónclave del 19 de julio Peter Lim no comunicó lo que tenía en mente de manera directa, pero en los siguientes días frenó la puesta en marcha de operaciones pendientes. Por ejemplo, la de Rafinha, que sólo faltaba rematar. La bomba explotó el domingo, poco después de la victoria del equipo en el amistoso contra el Sporting de Portugal en Lisboa. Mateu Alemany, el hombre que trajo a Marcelino y con él dos billetes consecutivos para la Champions League por discrepancias con las formas del propietario.

En las fechas sucesivas al cara a cara con Alemany y Marcelino, Peter Lim ha ido madurando su decisión de hacer prevalecer su idea en lo referente a la planificación de plantilla y al modelo de negocio. Los mensajes del máximo accionista al presidente cambiaron el rumbo trazado. Ni Alemany ni Pablo Longoria, director del Área Técnica, viajaron a Portugal con el equipo. Tampoco lo hizo el director general a Singapur para el Consejo de administración que debía desarrollarse el lunes. Sin Alemany en suelo asiático saltaron las alarmas; en Lisboa entre el personal del club, el staff técnico y los jugadores el nerviosismo se palpaba en los diferentes corrillos previos al partido del José Alvalade. Mateu y Longoria se vieron el domingo y estuvieron en comunicación con Anil Murthy. El presidente del Consejo adelantó su regreso a València y citó tanto al director general como al director del Área Técnica en las oficinas del club para el mediodía del lunes.

Mateu tiene el apoyo popular

Desde la noche del domingo los mensajes de apoyo en redes sociales a Mateu Alemany se habían multiplicado con el lema #MateuQuedate. Y ayer el mallorquín de 56 años lo comprobó en sus carnes a su llegada a la sede del Valencia poco antes de las 11:00 de la mañana. Fue el primero en aparecer; a las doce y media entró al club con su vehículo Pablo Longoria. A varios kilómetros de allí, sólo unos minutos más tarde, Murthy aterrizaba en Manises procedente de Singapur, vía Múnich. Instantes en los que SUPER logró arrancarle la respuesta a la pregunta que se hacía todo el valencianismo. «Buenos días, Anil. La afición está preocupada. ¿Cree que va a poder seguir Mateu Alemany en el Valencia CF?». El diplomático aludió primero al cansancio de tantas idas y venidas. Evadía el asunto principal, pero ante la insistencia contestó que «no». Después de valorar la situación con Lim y venir con sus directrices bajo del brazo, el mandatario singapurense era pesimista. «Es muy difícil». Pese a todo, sentado con Mateu y Longoria, trató de arreglar las discrepancias con la propiedad y obtuvo una prórroga hasta la jornada del martes.

A las 14:30 Anil Murthy accedió al parking de la sede del club. No bajó las ventanillas ni se detuvo, en el exterior sonaban los improperios de una treintena de seguidores enfadados por un conflicto al que no encuentran sentido. «¡Esto es un sentimiento! Iros. No tenéis vergüenza», gritaban los jóvenes que en otros momentos de la mañana pidieron la «dimisión» de Lim o cantaron en favor de la continuidad de Mateu. Imágenes que evocaron a lo vivido en el verano de 2015 con Amadeo Salvo y Rufete.

Poco antes de las siete, tras una reunión maratoniana, Murthy salía como copiloto con el semblante serio. Las únicas valoraciones de lo sucedido en el interior del edificio las hizo el director general. Preguntado por si se veía a corto plazo en el Valencia, contestó en pasado: «Siempre me he visto, he querido siempre estar aquí». Si embargo, el balear alertó de que si siguen hablando «es por algo». «Es positivo que haya diálogo, que se hablen las cosas y cuando hay problemas se busquen soluciones», comentó sobre su parecer de la reunión. «Ellos piensan igual que yo, en lo mejor para el club. En esa visión tenemos que buscar puntos de coincidencia», añadió sintiéndose aún en posesión del cargo. El mensaje de Mateu puede interpretarse en un sentido u otro, así como su respuesta sobre si Marcelino se iría con él: «Yo espero que no, espero que se quede, sí».

Marcelino, horas de reflexión

La extensa reunión terminó sin una resolución definitiva, por lo que Anil Murthy pospuso también para este martes su cita con Marcelino y los capitanes del equipo, un intento de que el técnico no abdique si lo hace el hombre que lo fichó y lo mantuvo el pasado enero. Hasta ahora la única valoración de los futbolistas se queda en un tuit en clave de Dani Parejo tras el amistoso en Lisboa. «En el campo, cada día mejor...». Después de la victoria en el Alvalade los capitanes hablaron con Marcelino, haciendo fuerza y pidiendo al entrenador que no deje al equipo en una temporada en la que se han propuesto dar un paso más, especialmente, en la Liga de Campeones. Anoche el segundo entrenador, Rubén Uría, colgó una fotografía en 'Instagram' abrazándose fuertemente a Jaume, uno de los capitanes, con el siguiente mensaje: «Amunt Valencia». Marcelino tendrá que reflexionar su decisión tras la conversación con el presidente.

El Valencia CF vivirá este martes horas determinantes en la configuración de su presente y su futuro. Una salida del director general podría acarrear un caos en cadena que afectaría hasta el planning de Academia de Pablo Longoria, que potencia la captación internacional y la formación. ¿Será insensible Lim al sentir de la afición? ¿Cederá Mateu con alguno de los deseos del dueño?