Comprender e interpretar con acierto el momento de ruptura no es sencillo para el equipo. El lunes no hubo entrenamiento, pero la preocupación y la incertidumbre se hicieron sentir en la plantilla. La sacudida dejó perplejos a muchos futbolistas, pendientes de los acontecimientos en el día libre. En la vuelta al trabajo, el cuerpo técnico se esforzó por amortiguar la conmoción en la medida de lo posible. El foco estuvo en la faena. La intención fue abrir un paraguas de naturalidad en la tormenta de dudas. El objetivo, normalizar -en la medida de lo posible- la sesión. Tras la reunión con Anil Murthy en la ciudad deportiva, Marcelino y sus futbolistas se esforzaron por transmitir serenidad, calma y orden. El grupo entiende que esa es la mejor manera de sumar ahora.

La normalidad es la premisa. En esa dirección, mientras se producía el cónclave Anil-vestuario, Ismael Fernández, preparador físico, organizaba sobre el campo los elementos para los ejercicios de calentamiento. Un día más... aunque no lo fuera. El equipo ha apostado por la responsabilidad, por el club y por el momento, en plena pretemporada, a tres semanas de que arranque LaLiga. A la espera de que se sucedan los acontecimientos, Marcelino y los jugadores van a mantener el ritmo, van a trabajar a máxima intensidad.

La altura de las circunstancias

El cuerpo técnico se mantiene expectante, leal a Mateu Alemany, pero conscientes de que el proyecto quedaría descabezado por completo sin su asistencia. Hay fuerzas que tiran de un lado y de otro. La plantilla le ha pedido a Marcelino que se quede, aunque el director general termine saliendo. Pase lo que pase, quedará cicatriz, pero la garantía es el trayecto de éxito común emprendido hace dos temporadas.

Seguir creciendo juntos

El equipo se nota más fuerte y más maduro, el bloque está formado. Ganar la Copa del Rey ha supuesto un salto en su ADN competivo, por confianza y por fútbol. El vestuario traslada ambición y compromiso, con el club y con Marcelino, con el que sienten que no han tocado techo, pueden seguir creciendo. El cuerpo técnico también palpa esa sensación y así lo ha trasladado. Por si había alguna duda.

Marcelino siente el compromiso y las ganas. Sumar un título no ha mermado la ambición, al contrario, el trabajo en pretemporada está siendo óptimo. En Liga de Campeones quedó una cuenta pendiente -superar la fase de grupos- y el desafío es compartido. La cuestión tiene una carga de profundidad explosiva para el proyecto.