La venta de Rodrigo al Atlético de Madrid, más allá de lo deportivo, deja al descubierto de nuevo la crisis institucional que sigue viviendo el Valencia CF a estas alturas del verano. La herida no está cerrada como dejó patente Marcelino el pasado viernes en la rueda de prensa previo al Trofeo Naranja. El asturiano esperaba que después de la última cumbre de Singapur todas las dudas quedaran resueltas y la confección de la plantilla siguiera según los planes de consenso previstos. El técnico, sin embargo, no las tenía todas consigo. No se fiaba del todo de las palabras, quería «hechos».

«Toda esta crisis es difícil de entender, bastante difícil, es absolutamente inesperado, creo que además la deberíamos de evitar por el bien del Valencia CF, de la afición, de la plantilla y por el bien de seguir creciendo. Hay equipos que seguro que se están frotando las manos con nuestros problemas. Intentaremos que todo esto haya quedado cerrado, así parece ser, las palabras lo certificaron, los hechos demostrarán si es así».

La venta de Rodrigo a falta de cuatro días para el debut oficial en LaLiga y dos semanas para el cierre del mercado pone en duda el consenso del que se habló en Singapur. El propio Director General así lo quiso escenificar a la salida de la reunión que mantuvo en Paterna con el técnico y Longoria tras la salida de Rodrigo. Alemany se desmarcó claramente de la operación que llevará al hispano-brasileño al Atlético por la mitad de su cláusula de rescisión de 120 millones. «Nosotros no hemos hablado nunca de esa operación, no hay ninguna operación abierta, no está viajando a Madrid en estos momentos...».

La llegada primero de Eliaquim Mangala como cuarto central y no de Víctor Laguardia como pretendía Marcelino y la salida a estas alturas del mercado por 60 millones de Rodrigo deja patente el rol menos protagonista de Mateu en la política de fichajes. La tensión es máxima, el cisma continúa y puede prolongarse en el tiempo. Según informó la Cadena Ser y ha podido confirmar SUPER, Mateu tiene una cláusula en su contrato por la cual si se marcha tendría que abonar 6 millones de euros al club. Está 'obligado' a aguantar.

Igual de preocupado y sorprendido está Marcelino. El técnico ya aseguró en su última comparecencia que la salida de Rodrigo supondría una merma importante para el equipo. «Nuestra idea es que siga siendo feliz y convencido de que es lo mejor para él, si no se produjera esa circunstancia lo entendería. Mi sensación es que es feliz y pensamos en que va a seguir. La falta de Rodrigo sería una merma muy importante, tendríamos que ir al mercado para solventar un jugador casi determinante en nuestro juego y eso no sería fácil». Ya están manos a la obra. Acertar en el sustituto de Rodrigo ahora mismo es la clave.