Rodrigo se queda en el Valencia CF. Era un casi secreto a voces durante los últimos días, pero ya se puede afirmar de manera abierta y clara. Como ya informara este diario la pasada semana, si entre el martes 27 y miércoles 28 no se avanzaba de manera sustancial, el traspaso pasaba ya a ser muy difícil porque tenían que suceder demasiadas cosas, no en vano había tres equipos implicados, -Valencia CF, Milan y Atlético de Madrid- y hasta cinco futbolistas -André Silva, Suso, Correa, Kalinic y SilvaSusoCorreaKalinicRodrigo-.

Después de que el miércoles de la semana no se avanzara, llegó el jueves 29 y en Mónaco, antes del sorteo de la fase previa de la Liga de Campeones, el Atlético de Madrid hizo la última intentona a la desesperada en reunión con el Valencia CF y Jorge Mendes, en la que el equipo colchonero ofreció que Rodrigo se marchara cedido esta temporada y que pagaría los 60 millones de euros acordados con Peter Lim en cuanto tuviera liquidez. El propietario del Valencia CF rechazó esa posibilidad, y aunque todos en el club valencianista han mirado de reojo a este lunes dos de agosto en que se cierra el plazo de fichajes, la realidad es que se contaba que el delantero no saldría en este mercado de verano.

De hecho, en el Valencia CF había hasta cierta inquietud y preocupación ante la reacción que tomaría la grada en el partido de este domingo ante el Mallorca, es decir, se temía la posibilidad de que el futbolista fuese abroncado por la grada, pero no fue así. Al contrario, cuando fue sustituido por Marcelino en el minuto 63 por Maxi Gómez -pidió el cambio porque tenía fiebre según dijo el propio técnico valencianista- con el resultado de 2-0 para el Valencia CF, recibió una ovación por parte de los aficionados.

En este culebrón el gran error cometido por el Valencia CF ha sido obligar a que el futbolista tenga que descararse sin que el traspaso estuviera firmado porque finalmente los problemas económicos, y de fair play financiero, del Atlético de Madrid, han echado abajo la operación, y es evidente que si Rodrigo se despidió de sus compañeros y del cuerpo técnico es porque aceptaba salir del conjunto de Mestalla. Es más, el club le dijo que durante dos días no entrenara a la espera de que cristalizara en un contrato el acuerdo al que Lim había llegado con el Atlético, algo que no hizo la entidad rojiblanca con Correa, y eso que para fichar a Rodrigo necesitaba vender al argentino. Más allá de si ahora en el Valencia CF manda Lim o Mateu Alemany, el gran error del club ha sido dejar desprotegido a un futbolista que el entrenador considera vital para lograr los objetivos y que a día de hoy, es uno de sus principales activos.

Y lo es porque no ha llegado una oferta de 60 millones de euros. Peter Lim llegóa un acuerdo con el Atlético de Madrid pero el equipo colchonero no fue capaz de reunir el dinero para hacer el primer pago. Para ello tenía que vender a Correa al Milan y sacar a Kalinic. El segundo se marchó cedido a la Roma pero el primero sigue de rojiblanco. El verano comenzó con el pacto entre las partes, Peter Lim, Mateu Alemany, Marcelino y Anil Murthy, de que era el momento idea para vender al delantero y se fijó el precio de 60 millones, pero cuando llegó una oferta, o no llegaba a lo que pedía el Valencia CF, o no era del gusto de Rodrigo, como fue el caso del Nápoles que tras un tira y afloja llegó a lo que pedía el club blanquinegro. Finalmente se buscó una operación a tres bandas que no ha terminado de fructificar. Ahora, Rodrigo debe dar un paso al frente porque como diría Gerard Piqué, se queda.