Sólo Rodrigo y Sergio Ramos repitieron en el once con respecto al partido de Bucarest. No fue casualidad. El capitán está empeñado en los récords (alcanzó 167 internacionalidades, como Iker Casillas) y Robert Moreno respeta su condición alfa. La titularidad del delantero respondió a una cuestión mayor: el míster también apuesta fuerte por recuperar a Rodrigo. Buena noticia para el Valencia CF y para Marcelino. La confianza es fundamental y su participación desde el inicio fue un refuerzo positivo, una forma de reconocer su buen trabajo ante Rumanía.

Rodrigo recuperó la posición de nueve en busca del gol, alimento imprescindible para los delanteros. En Bucarest, como en otros encuentros, arrancó desde la banda. En esa posición, Rodrigo luce menos, pero hace un trabajo esencial para el equipo, poco reconocido. Por eso, Robert quiso darle la oportunidad del gol. En banda, el valencianista defiende el rol que -por ejemplo- Pedro o Henry interpretaban en el Barça de Guardiola. No importa cuantas veces juegue el balón, la clave son sus movimientos, como genera espacios. Las primeras ocasiones de Alcácer, mano a mano, ante una defensa rumana de cinco, el vuelo de Jesús Navas o la libertad de acción de Fabián tienen que ver con Rodrigo. Ante Islas Feroe golpeó con dos goles, el segundo, golazo. Adiós a muchos debates.