Le gustaba a Celades para este partido el resultado de Stamford Bridge. A ver si resulta que va a tener poderes porque el marcador en San Mamés fue el mismo, incluso corto por las ocasiones que no acertaron a concretar sus jugadores, y el partido de su equipo incluso mejor en todos los sentidos. Como si de otro equipo se tratase, el Valencia CF dejaba atrás la pesadilla que vivimos en Mestalla la noche del Getafe y completaba un partido redondo con el que asalta por fin el fortín en el que no había ganado nunca desde su inauguración en 2013.

Se le da al sistema más importancia de la que realmente tiene y quizá las bajas iban a impedir poner en práctica el partido que Celades tenía en mente. Son las dos ideas que dejaba el entrenador antes del partido y que en pocos minutos su equipo se encargó de desmontar, porque el regreso al 4-4-2 clásico dio paso a los mejores minutos del Valencia CF en lo que va de temporada, antes y después del terremoto. Será porque sus jugadores se sienten así más cómodos o porque en definitiva es lo que requería el partido.

Salía el Athletic confiado y apoyado en unas estadísticas impolutas en San Mamés, tres victorias sin recibir un solo gol. Lo que se iba a encontrar, sin embargo, no era lo que seguramente esperaba, porque el Valencia CF salía una y otra vez de la presión adelantada, campaba a sus anchas por el terreno de juego y avisaba con dos primeros remates de Maxi Gómez, espectacular en ese inicio de partido. Fluidez, conexión perfecta entre líneas y verticalidad.

Entre la sorpresa y la impotencia, los jugadores del Athletic parecían por momentos desconectados de lo que estaba ocurriendo. La primera media hora, tomen nota, se saldaba con cinco remates del Valencia a portería por ninguno del Athletic, de los que la peor noticia era que solo uno de ellos acabó en gol. Fue una jugada que describe lo que estaba siendo el partido, recuperó Parejo, lanzó la contra Coquelin sobre Maxi, apertura a la derecha hacia la irrupción de Ferran Torres y asistencia al punto de penalti para el remate casi a puerta vacía del ruso, y todo mientras los jugadores rivales iban cayendo uno tras otro como fichas de dominó.

Además, con suspense, porque el VAR examinaba la jugada por una posible posición adelantada de Maxi. Afortunadamente la línea quedó unos milímetros más allá y el gol subió al marcador, con el recuerdo del no penalti de Cucurella esto habría sido la bomba.

El Athletic en San Mamés siempre está obligado a más, la actitud y el esfuerzo allí no se discuten. Así, el conjunto de Garitano elevaba las pulsaciones en la segunda mitad pero el Valencia, unas veces más atrás y otras no, aguantaba el tipo y hasta perdonaba el 0-2 en una magnífica conexión entre Rodrigo y Maxi que desbarató el meta vasco. Cillessen también aparecía para deshacer ayudado por el palo las dos mejores ocasiones que protagonizó Williams.

Ni siquiera acusó el equipo en defensa el contratiempo de Garay, que se quedaba en el descanso con molestias musculares y era sutituido por Gabriel. El equipo estuvo siempre atento y apenas dio opción de remate claro en los muchos balones colgados al área. Sorprendió entrada la apuesta de Celades por Manu Vallejo, que entraba en el 68 por Maxi. El gaditano, sin embargo, dejaba el sello a los pocos minutos con iuna excelente jugada individual que culminó con una brillante asistencia a Cheryshev, que el ruso estrelló esta vez en el portero.

Cada vez se jugaba menos y el asedio del Athletic era más de intención que realidad, tampoco sufría mucho el Valencia CF para aguantar y en el 93 Ferran perdonaba el 0-2. Fue Rodrigo, que estaba en todas, quien le hizo el regalo para que saliera a hombros del escenario en el que debutó en LaLiga, pero esta vez fue el pecho de un defensa la barrera que impidió un gol cantado.

Se llevaba el Valencia de Celades tres puntos que son oro en la clasificación y para la confianza del equipo, que llegaba hecho un mar de dudas y sale reforzado de cara al partidazo que viene frente al Ajax. Ocurrió, pero casi nada de lo que vimos ante Leganés y Getafe parece ahora mismo real.