"El vestuario parece un cementerio". El silencio sepulcral de los jugadores en el vuelo de regreso desde Barcelona el sábado por la noche, así como en la vuelta al trabajo del domingo por la mañana en Paterna es mucho más preocupante que el que la plantilla ha decidido guardar como acción de protesta a la destitución de Marcelino García Toral. Mucho van a tener que cambiar las cosas para que el Valencia recupere la sonrisa y vuelva ser el equipo ganador de las dos últimas temporadas. A fecha de hoy parece imposible. El grupo está ahora mismo roto anímicamente. El mazazo del Camp Nou ha mermado mentalmente todavía más a una plantilla que se siente desamparada después del despido por la espada de su entrenador y que, de momento, no ve luz al final del túnel. El único apoyo real sería Mateu Alemany pero el Director General no goza de poder dentro de la institución y sus días en la entidad pueden estar contados. El vestuario, eso sí, exculpa de esta frustración profesional al nuevo responsable del banquillo. Albert Celades no tiene la culpa de nada de lo que está pasando. Del técnico catalán dependerá recuperar a unos jugadores que el domingo aparecieron en la ciudad deportiva tristes, cabizbajos y con la mirada perdida después del doloroso 5-2 del Barcelona. Hay tiempo todavía para todo, el equipo está dispuesto a poner de su parte con la profesionalidad y el compromiso incuestionable que ha demostrado siempre este grupo, pero de momento el Valencia no levanta cabeza. La herida sigue abierta. Como diría el propio club, "es lo que hay".

Celades, mientras tanto, es comprensivo con la "situación traumática" que están viviendo los jugadores más importantes de su plantilla como reconoció tras la abultada derrota contra el Barcelona. "Son personas además de futbolistas y es comprensible que les afecte", dijo. El míster sabe que la única forma de levantar al equipo es "trabajar" la parcela deportiva y la anímica. En ello está. Su mensaje al grupo tras el 5-2 fue de apoyo. El técnico dirigirá a las 11:00 el último entrenamiento antes de dar la lista y volar a Londres a las 15:00 en vuelo chárter. A las 20:00 está prevista la rueda de prensa en Stamford Bridge. Allí no entrenarán. Así estaba programado hace una semana. Hablará Celades... ¿y un jugador? La voluntad del equipo es seguir con su 'ley del silencio' en Londres y no hablar ni para los medios, el club y los actos con patrocinadores. El problema es que la UEFA es más estricta y su reglamento especifica que la comparecencia del día anterior al partido "debe ser atendida por el entrenador y un jugador, preferiblemente dos". El Valencia se expone a una advertencia -sanción si es reiterativo- por el incumplimiento de la normativa. Sería lo de menos. El verdadero problema está en el vestuario. El equipo, sin Marcelino, necesita creer en algo. Necesitan que alguien los convenza otra vez.