Gonçalo Guedes regresó de Londres con cero minutos. El portugués no llegaba bien y se quedó sin jugar... en Champions. No es una decisión simple. Por encima de las sospechas, Albert Celades trasladó un mensaje rotundo: el nombre no garantiza nada, cuenta el plan de partido y el rendimiento. Fue una apuesta con nota para el vestuario, un comunicado para el exterior. Pese a todo, su no participación tiene que ver -sobre todo­- con el fondo y no tanto con la forma. Superado el objetivo, el entrenador tiene claro que recuperar la mejor versión del atacante portugués es una prioridad, por apuesta, por proyecto y por necesidad. Una buena versión de Guedes. La intención se ha sentido en las dos últimas jornadas de trabajo en la ciudad deportiva de Paterna, jueves y viernes. Gonçalo se perfila como titular ante el Leganés. Turno para reivindicarse, para demostrar que dentro de un marco de confianza auténtica puede volver a ser determinante.

En los últimos días de agosto, los números advirtieron una línea de mejora abierta, que después ha cristalizado en nada. El partido ante el Inter y sus buenas intenciones ante Real Sociedad o Celta -en partidos con fuego auténtico- han quedado vacías. Representan un trazo, pero no son una señal. La progresión no tiene forma de cadena. Ante el Leganés parte de cero.

Cheryshev fue titular ante el Chelsea por entrega. Celades buscó una garantía de sacrificio sin balón. en un choque exigente al límite en el apartado físico. Guedes necesita cambiar el chip y aceptar las responsabilidades que implica cada posición. Celades le va a brindar el contexto que reclamaba, pero no está en condiciones de entregarle un cheque en blanco. Entrenador y vestuario se encuentran en una fase de estudio, donde el favor con favor se paga. Guedes llegará fresquito al domingo por la tarde. El cuerpo técnico le ha enseñado la capa, pero toca responder con rendimiento, con hambre, con ganas de reivindicarse. Recuperar su condición de fijo en el once depende por completo del extremo portugués.