La intensidad, a todos los niveles, es una de las condiciones imprescindibles en el Atlético de Simeone. El Valencia no puede flaquear ahí. Ganar duelos es clave, más todavía en el Metropolitano. En ese terreno, dos futbolistas marcan la temperatura del centro del campo: Francis Coquelin y Francis CoquelinThomas Partey. La energía del francés es fundamental para potenciar el gobierno de Parejo en el centro del campo, determinante, aunque después las áreas marquen el desenlace. Saúl Ñíguez se perfila como el socio del ghanés. Thomas ha tomado posición en la medular y se ha convertido en imprescindible por impacto en las dos fases, en las transiciones. Marcos Llorente y Héctor Herrera, dos refuerzos importantes, dos futbolistas importantes, no discuten su estatus, al menos, por ahora. Thomas Partey y es uno de los puntos firmes del bloque.

Coquelin es básico también para Celades. Los problemas físicos de Kondogbia han subrayado su rol. No son el mismo tipo de centrocampista, Thomas es más Kondogbia. Coque interpreta un rol defensivo más concreto, juega más próximo a la defensa. Thomas es ida y vuelta. Nada tiene que ver con Rodrigo Hernández, pero su vacante en la medular ha recaído en sus botas, por méritos. «Esperó y trabajó mucho para alcanzar este momento. Lleva cinco o seis años con nosotros y me pone muy contento porque es todo trabajo y talento. Esperamos que siga creciendo porque tiene mucho recorrido», ha reconocido Simeone. Para el míster argentino, el africano es un futbolista infravalorado: «Si viniese del Manchester City o del United sería extraordinario, pero como viene de la cantera es sólo bueno». La afición del Atlético sí que reconoce su valor. Lo mismo sucede en Mestalla con Coquelin. Son estrellas de otro tipo.