El cortocircuito es evidente. Tres partidos sin ganar, segunda derrota consecutiva lejos del Puchades y tercera jornada encajando goles. El equipo debería aplicar cuanto antes el protocolo de prevención de incendios. El potencial no deja lugar para las dudas, pero los errores son evidentes. El del Rayo era el partido del regreso a los orígenes y no pudo ser. El Valencia CF Femenino respondió, compitió sobre los márgenes de su mejor versión, pero sólo una hora. Durante esa fase, dio gusto ver jugar a las valencianistas, que dejaron dos golazos. Trabajo bien hecho. Sin embargo, con 0-2 en el marcador el equipo se tomó un respiro (natural) que terminó siendo un bajón de tensión excesivo. Paula Fernández mandó a la red un balón suelto defendido sin agresividad en al área. Ya no hubo retorno. Paula Nicart reaccionó mal -no pudo quitar la mano- tras el bote del balón en el área y con el empate a dos todo fue demasiado acelerado. Pudo llegar el 3-2 tras un buen giro más disparo rápido de Mari Paz, pero Larqué rozó con el guante y el balón fue al palo. La insistencia y el desorden se mezclaron en una especie de ruleta rusa que terminó con la patada de Nicart a Sheila. Penalti y doblete para Altuve, quirúrgica desde los 11 metros.

La derrota es un castigo excesivo y tiene como origen un error grave de la árbitro Sara Fernández, pero un empate hubiera amortiguado el impacto de las cuestiones a corregir. Irene vio el partido desde la que hasta hace unos meses fue su grada y Santiso -técnico rayista- se manejó con acierto desde el banquillo. Sus atacantes tuvieron agitación constante y acertó introduciendo a Bulatovic. La montenegrina fue una pesadilla por potencia, zancada y profundidad. El Valencia CF pasó del dominio, del protagonismo y la confianza al descontrol, en todos los sentidos. El partido comenzó con Oviedo y Eva Alonso probando (falta al larguero) a Vreugdenhil desde larga distancia. Mari Paz respondió probando también a Larqué desde lejos. Lo mejor de las valencianistas se vio a partir de ahí. Bea Beltrán sacó un córner desde la derecha, el balón llegó a Sandra, que controló de lujo en la frontal y soltó un disparo que Mari Paz envenenó decisivamente con un taconazo de lujo. La segunda parte arrancó con la misma dinámica y una conducción en la frontal de Curtin -con pase interior- a Carol. Muy bien la mediapunta, por desmarque, regate y toque rápido para anticipar a Guerrero. Todo de lujo... hasta que el Valencia dejó de ser el Valencia, dejó de ganar los balones divididos, dejó de trenzar jugadas rápidas. La derrota debe reciclarse en positivo a través de la reflexión, a través de un triunfo ante el UDG Tenerife.