Nadie en el vestuario del Valencia se atrevió a descartar a Francis Coquelin para Lille desde el mismo momento que los médicos comprobaron el domingo que no existía rotura. Todo lo contrario. Sus compañeros estaban convencidos de que el francés iba a poner todo de su parte para llegar a tiempo a la tercera jornada de la Champions League. La sobrecarga muscular que le obligó a perderse los últimos minutos contra el Atlético de Madrid no ha sido impedimento. Parecía imposible que el mediocentro estuviera a disposición de Albert Celades para viajar a Francia. Sobre todo después de verlo saltar al césped del Wanda Metropolitano con un aparatoso vendaje en el muslo derecho y síntomas de extremo dolor. Sin embargo, el francés lo ha conseguido. Si no hay ningún contratiempo en forma de recaída, Coquelin estará hoy en la lista de convocados. Un ejemplo más de que está hecho de otra pasta.

Coquelin ha demostrado desde el primer momento su voluntad de estar en el estadio Pierre-Mauroy de Lille. El francés está como loco por jugar. Le animan sus ganas de ayudar al equipo en uno de los objetivos grabados a fuego en el vestuario a principio de temporada: superar la fase de grupos y clasificarse para los octavos de final. También juega a su favor un componente emocional. El futbolista siente que a sus 28 años atraviesa el mejor momento de su carrera deportiva y tiene ganas de cuajar una gran actuación en su país y reinvindicarse en clave Eurocopa. Coque, como así le llaman en el vestuario, siempre ha sido pesimista en cuanto a sus opciones de debutar en la seleción francesa, pero está en plena madurez deportiva, compite en Champions, atraviesa un estado de forma espectacular desde antes de la final de Copa del Rey con exhibición incluida contra el Barcelona de Messi y tiene ganas de mostrarse a su gente aunque solo sea por orgullo personal. Coquelin, por extraño que parezca, todavía no ha tenido una oportunidad en la absoluta de su país. A favor del seleccionador Didier Deschamps, es que la competencia en la posición de mediocentro es brutal. Corentin Tolisso, Blaise Matuidi, Tanguy Ndombele, N'Golo Kanté y Moussa Sissoko fueron cinco los seleccionados en una última lista de la que se cayeron Paul Pogba por lesión y Steven N'Zonzi por decisión técnica. ¿Es peor Coquelin que el exsevillista, ahora cedido por la Roma al Galatasaray? Parece evidente que no.

Lo bueno de Francis es que es un futbolista que antepone siempre lo colectivo a lo individual. Es su forma de vida y su manera de entender el fútbol. Por eso se ha convertido en uno de los cimientos sobre los que Celades construye su nuevo Valencia. El técnico tiene mucha confianza depositada en él. Su influencia en el juego en cualquiera de los dos dibujos, el 4-4-2 o el 4-3-3, es mayúscula. De hecho, el francés es junto a Dani Parejo. Si fuera por Coquelin este miércoles será la novena.