Acciones básicas de reglamento mal interpretadas, un goteo constante de faltas pitadas a la ruleta rusa, fueras de juego al límite y un penalti más que dudoso a favor del Tacón, que supuso el 0-1. El Valencia CF Femenino consiguió rescatar un punto ante el equipo madrileño, incluso pudo ganar, pero eso no cambió el sentir del equipo. Irene Ferreras fue expulsada en tiempo extra al reclamar que la arbitra Amy Peñalver había pitado el final antes de cumplirse los cuatro minutos de añadido más el plus por el parón de agua. La entrenadora asume que perdió los nervios en ese momento, pero la acción fue la gota que colmó el vaso. Sus declaraciones en VCF Media Radio van más allá de lo sucedido ante el Tacón y denuncian una situación que se está dando jornada tras jornadas. Si el fútbol femenino quiere seguir creciendo y dar un salto, necesita mejorar el nivel de su arbitraje: «Creo que ya es hora de que el fútbol femenino crezca de verdad, al final no hay nivel en el arbitraje y lo creo así. No quiero meter a todas en el saco porque no vamos a generalizar, pero lo que estamos viendo en las ultimas jornadas y no sólo en mis partidos, porque yo veo todos los partidos de la liga, creo que hay equipos que son muy perjudicados por decisiones arbitrales muy claras».

Irene no justificó el resultado en las decisiones del equipo arbitral. Al contrario, habló de cuestiones a mejorar y corregir, pero puso el foco en los detalles. Por ejemplo en el penalti de Paula Nicart a Chi Ubogagu. La central y el resto de jugadoras no daban crédito, aunque la acción es realmente al límite. «No lo he protestado porque desde mi posición no lo puedo ver cien por cien, pero es la típica situación que Nicart le da línea de fondo a la rival para luego tirarse al suelo y tocar balón y creo que así es. La árbitro interpreta que es penalti y nada podemos hacer», analizó Ferreras. El Puchades se encendió en distintos momentos para mostrar su desacuerdo y terminó despidiendo al equipo arbitral con una sonora pitada.