Por encima de los movimientos de mercado, del impacto de las salidas (estratégicas), del rendimiento de los refuerzos o de las bajas puntuales, Christophe Galtier desparramó un mensaje contundente. Nada de excusas, estado de alerta. El Lille perdió en Toulouse (2-1) dejando una imagen muy pobre como colectivo, perdiendo las virtudes que le llevaron a levantar la defensa más fiable de la Ligue 1 la temporada pasada, a terminar segundo sólo por detrás del PSG. Por encima de todo está la mentalidad defensiva, la falta de agresividad y ahí se abre una grieta importante que el Valencia CF debe pronunciar. Puede hacerlo. Pese a todo, el discurso del entrenador del Lille tiene un objetivo: levantar al equipo de inmediato en los prolegómenos de la visita del Valencia CF. Pese a la derrota, los franceses tuvieron su momento ante Ajax y Chelsea. El ambiente en el Stade Pierre-Mauroy está a la altura de la Champions y tienen futbolistas capaces de hacer mucho daño como Victor Osimhen y los Jonathan (Ikoné más Bamba), pese a que no están en su mejor momento. Esa irregularidad explica la falta de punch.

Solidez defensiva, disciplina, capacidad para ordenarse atrás, presión inteligente, muy agresiva por oleadas, recuperación y la transición rápida, el contragolpe. Así fue el Lille de Galtier durante buena parte del concurso 18/19, aunque en la recta final sumó registrós mejor relacionados con el dominio a través de posesiones más largas y el ataque posicional. Otra cuestión son sus números actuales, no naturales con balón. Los adversarios no le dejan correr, conocen su plan y se emplean a fondo para marcar sus defectos. El resultado en Toulouse agotó la paciencia de Galtier, que no está satisfecho con los valores que transmite el equipo. Una victoria le hubiera instalado en la parte alta, la rueda de prensa llamó la atención, pero la falta de intención, la falta de hambre o la falta de agresividad como eje vertebrador de un plan, dolieron mucho. Las ventas de Thiago Mendes (clave en la medular), Rafael Leão, Youssouf Koné (lateral izquierdo) y -sobre todo- Nicolas Pépé se tienen que notar, otra cuestión es no competir.