Sin partido ante Noruega, sin partido ante Suecia, sin Selección. Toca fin de semana de desconexión. No es cuestión de volverse loco, pero seguro que Parejo le ha dado una o dos vueltas a la convocatoria de Robert Moreno. Más por la cuestión de fondo -a largo plazo- que por la forma o el momento de forma. La noticia -negativa- fue un desahogo para Albert Celades. Esa es la realidad. El míster apostó de inmediato por reciclar en positivo la ausencia del centrocampista en la lista de España. Sin competición, sin viajes, sin tensión, sin toda esa carga, Parejo está destinado a llegar más fresco a la cita del Metropolitano. Parejo va a disponer de unos días para recargar pilas para todo lo que viene, que es un no parar, porque el calendario hasta Navidad es una locura. Desde una perspectiva egoista, el centrocampista se mantiene sumergido al cien por cien en la dinámica del Valencia CF, sin distracción, dentro de un ciclo de trabajo depurativo, programado para recuperar lesionados, corregir errores y desarrollar la idea de juego que pretende el cuerpo técnico.

Celades era consciente -antes de llegar al club- del tipo de futbolista que es Parejo, pero igual le ha sorprendido. El trabajo diario en la ciudad deportiva de Paterna y la convivencia en el vestuario han permitido al entrenador distinguir la dimensión auténtica del jugador, su alcance en el equipo y dentro del marco de LaLiga. No hay nada artificial. Parejo es líder y desde esa posición -ganada a pulso, dentro y fuera del campo- se comporta. En madurez plena (30 años), Parejo no era el eje del juego para Marcelino por casualidad y Celades está convencido, encantado. El rol y el estatus del capitán están protegidos. Parejo ha conquistado al entrenador por su predisposición -desde el primer día- profesional, también personal. Celades ha reconocido de inmediato el valor de Parejo. Parece una vía evidente, pero no lo es tanto. Recién llegado, el entrenador podía haber apostado por fomentar nuevos liderazgos o alimentar referencias distintas en el juego... pero Celades está haciendo camino desde la lógica. El técnico llegó entusiasmado con la posibilidad de explotar a Carlos Soler (por ejemplo), pero se ha encontrado con futbolista enorme.Lo necesita fresco

Dani Parejo ya lleva 810 minutos en el lomo; ha jugado todos los minutos de todos los partidos. Sólo se perdió el debut ante la Real Sociedad, por sanción. La dinámica es la misma de las últimas temporadas: el centrocampista está destinado a jugar siempre y no tiene recambio, por personalidad, por posición, por fútbol y porque no tiene relevo en la plantilla. Esa acumulación de minutos siempre se siente, como se ha reflejado sobre el césped en las últimas semanas. Por eso, la energía de Kondogbia y Coquelin es fundamental para complementar el centro del campo. El Ajax es una referencia clara, pero la fatiga también hizo estragos ante el Alavés y afectó a toda la estructura. Celades no apostó por Mouctar Diakhaby como mediocentro, en la recta final del choque ante los vitorianos, por casualidad. Lo hizo para potenciar la capacidad de resistencia del bloque, para meter kilos y para ganar altura. Lo hizo para socorrer a Parejo y Coquelin... asfixiados.Decisivo, incluso al límite

Los gestos de Parejo no dejaron lugar para la duda, tampoco los del Valencia CF. Pese a jugar al límite en el apartado físico ( no era el único), el centrocampista apareció para ser determinante: forzó y marcó el penalti ante Sivera. En el primer gol de Maxi, fue el encargado de filtrar el balón -de categoría- para Rodrigo, que lanzó al uruguayo al primer toque. Parejo firmó un penúltimo pase con aroma a asistencia. Así lo reconoció Rodrigo en la celebración. El gesto tenía mensaje tras el fallo ante el Ajax. El delantero puso el foco en su compañero unas horas después de conocerse que había perdido su sitio en la Selección.