La victoria del Mestalla en Miralcamp tuvo varios protagonistas en positivo. Por sacrificio y por pegada, Pascu interpretó un papel determinante. El centrocampista firmó el gol que mandó a la lona al Villarreal y obtuvo premio merecido a su trabajo -partido tras partido- para el equipo. El foco alumbra a Pascu y su situación contractual dispara las alarmas: el canterano termina contrato el próximo 30 de junio y en unos meses podría firmar para marcharse libre a otro club. La incógnita contractual no corresponde con su rol. El filial perdería así a uno de sus pilares, un futbolista básico para Chema Sanz, generación 2000 e internacional Sub-18 con la Selección, con la que conquistó el oro en los últimos Juegos del Mediterráneo. La situación no es nueva para Jorge López, que ahora debe mover fichar, en un sentido u otro. El jugador siempre ha dado prioridad al Valencia CF, demostrando su compromiso cuando ha tenido propuestas durante sus años de formación.

Pascu irrumpió en el Mestalla la temporada pasada. El futbolista dio el salto al filial con la consideración de proyecto importante. En el fútbol base progresó de manera espectacular como mediocentro, con una vertiente posicional y como ocho, con más libertad para construir y llegar. Por necesidades del guión, por rendimiento y por mentalidad, Pascu ha jugado de todo en estas dos últimas campañas, precisamente, lo que menos ha tocado ha sido el eje central. La polivalencia extrema se ha tornado arma de doble filo. No se le ha dado el contexto necesario para desarrollar al máximo sus cualidades, no se le ha dado una posición con continuidad desde la cual explotar. Durante un tiempo, la apuesta de los técnicos en la casa fue reciclarlo como lateral derecho... luego, pasó esa fase y vuelta a empezar, así hasta desorientarlo y diluir su naturaleza principal. En clave Valencia sería una versión 2.0 de Daniel Wass.

Alto rendimiento

La temporada 18/19 ya irrumpió jugando de todo: lateral derecho, lateral izquierdo, una banda, la otra banda, seis, ocho, diez, incluso fue central. Hizo todos los números. En estos primeros meses, más de lo mismo. Pascu ha alternado las dos bandas, como centrocampista. Es un futbolista básico para Chema Sanz, ha participado siempre en estas 11 jornadas del Grupo III de Segunda B y es uno de los jugadores con más minutos. Entra donde hace falta y garantiza un rendimiento mínimo por encima de la media. Para el entrenador es mucho más que un comodín. Pascu se adapta a las necesidades del equipo, juega donde más falta hace -sobre todo, en los costados- y aporta bastante en todas las posiciones. Chema Sanz reconoce su valor y tiene espacio en el once, aunque tenga que sacrificar a Alfred Planas, Carlos González o Yunus Musah.

Llegada y lectura de juego

Ante el Villarreal arrancó desde la izquierda. Pascu es un arma táctica de enorme valor ya que durante los partidos cambia de banda o posición sin problema. Sus constantes: despliegue y un volumen de centros al área muy preciso. No es un extremo puro, no tiene la naturaleza del regateador nato, pero no necesita ganar línea de fondo para hacer daño. Pascu se mueve bien desde la banda porque tiene llegada, porque filtra buenos balones y porque lee muy bien las posiciones intermedias, el juego entre líneas. El jugador lleva el mono de trabajo, pero los méritos no se le han reconocido. Ahora el Valencia CF se arriesga a perderlo... gratis. Un lujo que el proyecto no se puede permitir.