Ganas de competir, todas. Ganas de encadenar varios partidos buenos, todas también. La lesión de Francis Coquelin centra el foco en Francis CoquelinKondogbia. El centrocampista no está fino y asume que no está al cien por cien, pero se siente agraviado, siente que le han degradado como secundario cuando en el guión original había ganado un papel protagonista, siente que le han expuesto a cada cambio. El cortocircuito es herencia de la etapa anterior. El problema es muy básico, pero la inquietud es humana. Con Coquelin al límite y con una rotura a la vista -como sucedió- volvió a ser suplente, ante el Sevilla, un rival importante. Decida lo que decida Celades, Espanyol, Lille y Granada se presentan como prueba de fuego para el Valencia CF y para Geoffrey. El equipo le necesita y él necesita al equipo. La presión va en el cargo, en la posición que ocupa, estratégica y relevante. Kondogbia lleva tiempo intentando marcar un punto de inflexión que no llega... porque no es un robot. Hace poco más de dos años, el francocentroafricano fue determinante para ganar en campo del Espanyol. Hizo un golazo cuando el partido parecía decantarse del lado perico. Olvidar lo malo, reconocer lo bueno y recordar lo vivido puede suponer un paso, un refuerzo positivo. Los fantasmas han desgastado su espíritu.

La sombra del mejor Kondogbia persigue a Kondogbia. El nivel del centrocampista fue radical en su primera temporada. Esa forma arrolladora sólo ha aparecido después puntualmente. Todas las partes son conscientes. Geoffrey se encumbró elevando su rendimiento hasta el máximo, ofreciendo una versión total dentro del engranaje del un Valencia CF 2017/18 arrollador. Mordía en la recuperación, rompía líneas en conducción, lanzaba el ataque rápido con un pase, temporizaba, protegíaportaba gol... Kondogbia y Parejo conformaron la mejor dupla de centrocampistas de ParejoLaLigaDidier Deschamps cometió una injusticia evidente cuando no lo llevó al Mundial, con Francia. Después, el contexto no ha sido el mismo, para nadie. La realidad es la que es, el centroafricano ha acusado la inestabilidad especialmente, por la sucesión de lesiones y por sus consecuencias, por la falta de continuidad, por el baile de roles dentro del escalafón, por el desgaste a nivel emocional y futbolístico. La presencia de Francis Coquelin, la competencia -sana- a nivel interno del francés, también ha terminado suponiendo una dificultad añadida. Hay ritmos y sensaciones que sólo se recuperan sobre el terreno de juego y Kondogbia ha tenido una cuota de minutos y protagonismo limitados porque para participar ha tenido que superar a Coquelin, cuya versión piraña es rotunda en acción defensiva. La raiz está clara: es cuestión de confianza, auténtica. Kondogbia tiene que volver a sentirse importante y ahora mismo ha perdido el flow, su juego está lleno de precauciones: tiene miedo a fallar y busca la seguridad, se toma un segundo de más en cada pase, tiene miedo a romperse y sus movimientos han perdido agilidad. No hay más.

Rosario de lesiones

Entre Monaco e Inter de Milán, en tres temporadas, Kondogbia se había perdido 20 partidos por lesión. En su primera temporada como valencianista faltó cuatro partidos, golpes y problemas leves. Hubo varios tramos del curso 2017/18 que jugó al límite, con dolor. El curso pasado y en estos primeros meses se han sucedido los problemas: tobillo, muslo, desgarros... 27 partidos perdidos. Lesión, puesta a punto, partido, lesión. Para un futbolista de perfil físico no es sencillo cuadrar esa sucesión, más todavía cuando a Kondogbia se le exige también un alto nivel en la construcción... que no alcanza.

Plan para elevar su impacto

Celades quiere enchufarlo, considera que puede dar más, que debe leer la jugada, anticipar y ejecutar rápido. Tiene condiciones para dar un salto. Geoffrey considera que se puede adaptar, pero necesita hacer catarsis, continuidad. Paso a paso.