En los últimos cuatro partidos el Valencia CF ha abandonado la alternancia de sistemas. Desde la segunda parte de Lille el 4-4-2 del que tanto se ha hablado se ha ido imponiendo en la cabeza del entrenador a fuerza de lesiones, el rol fundamental como conector de Rodrigo Moreno y los resultados que han llegado. Por primera vez el equipo ha encadenado dos victorias esta temporada y lo ha hecho con el esquema de juego en el que más cómodos se han sentido los futbolistas en las dos últimas temporadas.

Si algo ha demostrado Albert Celades, desde su llegada a mediados de septiembre, ha sido capacidad de amoldarse, incluso, de renunciar a parte de su ideario en busca de la reacción y el rendimiento. La filosofía del nuevo técnico difiere de la del anterior, Marcelino. No obstante, el clásico 4-4-2 ha sido el elemento común en cinco de las seis victorias.

¿Éxito por sistema? Lo cierto es que cerca del 70% de los puntos sumados en este curso 2019/20 por el Valencia han llegado con dos líneas de cuatro defensas y cuatro centrocampistas claramente definidas sobre el terreno. En ese afán por modificar lo menos posible lo que funciona, Celades dio continuidad a las formas heredadas el día de su estreno en Can Barça. Pese a ello, aquel 14 de septiembre el impacto que había sufrido la plantilla con la destitución de Marcelino pesó mucho más que lo futbolístico.

Tres días más tarde de la goleada encajada en Barcelona, sin embargo, los blanquinegros cosecharon la primera victoria de la nueva etapa con un sistema con el que se desplegaba para atacar con tres mediocentros y tres delanteros. Rodrigo Moreno ocupaba el extremo derecho, Cheryshev el izquierdo y Gameiro -más tarde, Maxi- habitaba en solitario la punta de lanza. La fórmula se repitió en los siguientes partidos en casa contra Leganés y Getafe con la intención de dominar la posesión y destripar las pieles defensivas de los bloques de Pellegrino, ya destituido, y Bordalás. No funcionó.

De hecho, podría decirse que los tres puntos de Stamford Bridge y los dos, de seis posibles, con los dos rivales madrileños son los únicos obtenidos con tres mediocentros en la sala de máquinas: Dani Parejo, Geoffrey Kondogbia y Francis Coquelin. Eso sí, a excepción de la ayuda que significó Mouctar Diakhaby en el eje del 4-1-4-1 en los 20 minutos finales del Valencia-Alavés. La presencia del francés por detrás del capitán y 'Kondo' frenó las llegada de un conjunto babazorro que había dispuesto de ocasiones suficientes para poner en peligro la victoria valencianista.

San Mamés, punto de partida

El segundo triunfo con Albert Celades al mando sucedió en el estadio de San Mamés. En Bilbao el Valencia realizó partido más completo desde la llegada del técnico catalán. Frente al Athletic Club -por entonces, uno de los bloques más en forma de la competición de Liga- los blanquinegros limitaron el caudal ofensivo de los leones además de lanzarse con verticalidad al ataque. Fue una de las pocas veces en las que el equipo multiplicó sus ocasiones de gol, al mismo tiempo que redujo las del adversario dejando la portería a cero. Sólo los vizcaínos y el Chelsea se han quedado sin marcar ni un gol al Valencia CF post-Marcelino.

El clásico 4-4-2 continuó contra el Ajax y en las segundas partes del Metropolitano y Lille y en Pamplona con diferente éxito. La apuesta se consolidó con el Sevilla, encuentro desde el que cuerpo técnico se ha quedado sin otra alternativas después de las lesiones de Francis Coquelin y Carlos Soler. El sistema no ha traído consigo una mejora evidente en el desarollo del juego, pero ha coincidido con la serie más prolífica de resultados del equipo gracias a la reacción en las segundas partes. La actitud de los jugadores ha permitido al grupo levantarse en momentos difíciles con el esquema más interiorizado.

Un factor decisivo en las últimas victorias ha sido la actuación de Rodrigo como enlace de mediocampo y delantera. Él mismo lo explicaba concluido el partido en el RCDE Stadium. «Estoy jugando como mediapunta o tercer mediocentro. Si no, nos falta un enlace con los jugadores de arriba», dijo. A su regreso tras la expulsión rigurosa en El Sadar, el hispano-brasileño ha auxiliado a los dos mediocentros del 4-4-2 ofreciéndoles una salida más clara hacia el ataque. Los hechos están ahí. Rodrigo provocó los penaltis para empatar ante Espanyol y Lille, asistió a Maxi para ganar en Barcelona y a Ferran en el 4-1 final del martes en la Champions.