El Valencia CF puede cerrar este sábado su particular semana fantástica si gana al Granada en Mestalla a partir de las cuatro de la tarde. Se impuso el sábado pasado al Espanyol 1-2, doblegó al Lille en la Liga de Campeones 4-1, y tiene a tiro volver a sumar tres puntos en el campeonato doméstico para marcharse al parón de Liga con todos los objetivos a tiro y lo que es mejor, habiendo despejado los negros nubarrones que sobre su futuro y sobre su credibilidad como equipo de fútbol se cernían tras empatar en Lille y sobre todo, tras perder de manera estrepitosa ante Osasuna en El Sadar por 3-1.

Pero el fútbol tiene estas cosas, que a la vuelta de la esquina siempre te ofrece la oportunidad de rectificar y eso ha conseguido el equipo de Celades, darle la vuelta a la situación. La segunda parte que hizo en el Cornellà-El Prat, y sobre todo la que hizo en Champions en Mestalla el pasado martes han multiplicado por mucho su confianza y han puesto en el escaparate a un grupo de futbolistas que ha dado un golpe sobre la mesa y parece dispuesto a no rendirse ante las muchas adversidades. Tantas ha visto en su contra, que se vio obligado a pedir el apoyo de su afición para el partido de Liga de Campeones. Y cumplieron. Y a eso se aferra Mestalla. Fútbol y victorias como bálsamo para olvidar problemas institucionales, que todavía colea la salida definitiva de Mateu Alemany, arquitecto del equipo que fue capaz de lograr la Copa del Rey ante el FC Barcelona en el año del Centenario, en una especie de elipsis en el tiempo que logra la cuadratura del círculo como homenaje al equipo Bronco y Copero del fútbol español.

Pero de poco sirve el pasado cuando el presente se empeña en aparecer a cada instante. Tiempo tendrá Mateu -que llegó este viernes a medio día de Singapur donde certificó de manera definitiva su salida del Valencia CF- de explicar lo que tenga que explicar, que el problema que tiene enfrente ahora el club de Mestalla se llama Granada y está siendo el equipo revelación de la temporada. El conjunto andaluz es un equipo duro en defensa que sabe administrar sus goles. Viene de encajar dos derrotas consecutivas pero en diferentes jornadas de la competición, ha llegado a estar líder. Ahora, es sexto con veinte puntos, tres más que el Valencia CF de Celades.

La Liga se ha apretado y los tres grandes han demostrado en doce jornadas que son capaces de dejarse puntos ante cualquier rival y en cualquier estadio, por ello, a pesar de lo mucho que está lloviendo en el entorno valencianistas, la realidad matemática dice que el equipo de Celades está a cuatro puntos de la Liga de Campeones y a cinco del líder, el FC Barcelona que, eso sí, tiene un partido menos porque se suspendió el choque ante el Real Madrid que se debía disputar en el Camp Nou por los disturbios en las calles de la Ciudad Condal de hace unas semanas como consecuencia de la sentencia judicial por el Procés independentista en Cataluña. Sea como sea, la realidad es que la Liga está en un puño y valga como dato que el Valencia CF está a cinco puntos del Barça pero es decimotercero en la tabla, lo que viene a decir que es el campeonato más igualado de los últimos años y que está a tiempo de todo. Para ello, y para despejar de manera definitiva los problemas del entorno creados por los actuales dirigentes, la mejor medicina que tiene el equipo es ganar al Granada y alumbrar el segundo parón liguero con los deberes hechos y la sensación del deber cumplido. En este sentido, será necesario que los futbolistas entreguen hasta el último gramo de energía que les queda -la realidad es que los esfuerzos de la Champions están pasando factura- en esta nueva batalla como soldados de verdad, como soldados que creen en lo que hacen y están dispuestos a todo por lograrlo. Enfrente, estará Roberto Soldado.