Sin Rodrigo, sin Gameiro, sin Guedes, sin Cheryshev... con Coquelin fuera de combate a la media hora, con el Sevilla como rival, después de dos partidos en los que no habías generado nada, mientras Lille y Osasuna te habían tiroteado, con todo ese contexto sobre el tablero, el equipo ofreció un hilo de vida al que aferrarse. Hubo una mejora, la dinámica fue diferente. Celades no escondió los defectos, evidentes, pero subrayó la importancia de defender más arriba. En rueda de prensa insistió en un Valencia CF más valiente para salir a campo contrario. Durante la segunda parte y tras el golpe del 0-1, hubo un tramo de color sevillista, pero la entrada de Manu Vallejo, primero, y de Manu VallejoRubén Sobrinopara llevar la acción a campo contrario. Los dos atacantes, subestimados y rechazados por Marcelino

El punto y la recuperación de los dos futbolistas toca apuntarsela a Albert Celades. El entrenador los ha sacado del rincón para llevarlos a las portadas. No ha sido una revolución, sólo tratamiento natural. Forman parte de la plantilla, trabajan bien y cuando hace falta juegan y aportan. No están en escalones iguales, pero su actitud -positiva- coincide: ayudar en lo que diga el míster, colaborar para que el Valencia CF gane partidos. Manu Vallejo (22 años) llegó al Valencia CF tras ser una de las sensaciones del Cádiz, como segundo delantero o arrancando desde la izquierda, donde jugó mucho y muy bien en el filial cadista. No fue fijo para Álvaro Cervera por capricho, Mateu Alemany no invirtió más de cinco millones en su fichaje por antojo y De la Fuente no le hizo hueco en la convocatoria de la Sub-21 para la Eurocopa de Italia por casualidad. Es un atacante con personalidad, intenso, con más recursos de los que parece y con esos movimientos que ha exhibido desde pretemporada. Con Celades está dejando cosas interesantes, tiene más vida que con Marcelino, aunque su rol es el mismo: cuarto delantero. Ante el Sevilla derrochó ganas. No entró en un momento fácil e insistió hasta subir la temperatura competitiva en la recta final.Los caprichos del fútbol

El gran cambio lo ha dado Rubén Sobrino Para Marcelino no contaba, lo tenía marginado. Este gol supone una inyección de fútbol y autoestima después de meses de sufrimiento. Se quedó sabiendo lo que arriesgaba, que no tenía opciones, pero no quería irse por la puerta de atrás seis meses después de llegar con una ilusión enorme. Ante el Sevilla marcó su segundo gol como valencianista, cazó un buen centro de egundo gol como valencianista,Parejo Fue su segunda gran noche tras Celtic Park. La Europa League le hizo sitio en el once ideal de los dieciseisavos ida. Eso se lo lleva puesto.

El punta de Daimiel no mira más allá del partido a partido, del entrenamiento a entrenamiento. Por el momento, ya le ha demostrado a Celades que puede ser útil. No es poco. El técnico ha normalizado su situación y no se plantea salir en el mercado de invierno, donde siempre estuvo convencido de tener mejores opciones para encontrar destino que el pasado verano. El Valencia es el Valencia y no se puede cambiar por cualquier equipo. «Cada minuto que juego es un orgullo y supone mucho. He intentado estar lo más preparado que he podido para aportar trabajo», aseguró. Ante el Sevilla, gol y punto.