Seguramente la mejor metáfora para describir el papel de Manu Vallejo en este Valencia CF de Albert Celades la encontramos en la manera en que supo por primera vez que el conjunto de Mestalla quería ficharlo. Porque fue un uno de enero cuando el entonces Jefe del Área Técnica del Valencia CF, Pablo Longoria, citó a Manu y a su padre para reunirse con ellos en Sevilla y decirles, "hola, te he visto jugar y vengo a ficharte". Ese día Manu y su padre llegaron tarde a la comida con la familia pero sabían que no podían posponer la reunión, si el Valencia CF quería hablar con ellos el primer día del año, nada había más importante. Eso sí, nada dijeron de dónde venían cuando fueron requeridos ante la inusual tardanza y hasta que SUPER no publicó semanas después que el Valencia CF estaba detrás de él, todo quedó en secreto mientras ambos cruzaban los dedos para que la operación terminara fructificando. Desde aquella reunión con Longoria hasta la titularidad en el partido de Liga ante el Granada disputado en Mestalla el pasado día nueve, solo ha habido un camino, once meses de trabajo.

Otra buena manera de definir a Manu Vallejo es hablar con las personas que lo conocen bien, y entre todos hay un denominador común, "para él jugar diez minutos con el Valencia CF es un premio, él valora cada día que entrena con este equipo, y esa ilusión la convierte en trabajo y más importante, es una ilusión contagiosa dentro y fuera del vestuario". Tanto contagia, que el valencianismo está deseoso de que las cosas le salgan bien. De hecho, esa capacidad de contagiar ilusión y ganas, también la detectó Pablo Longoria y ayudó a que finalmente apostara por su fichaje. En fútbol todo suma. Pero siguiendo con las metáforas, Manu sirve también como pequeña metáfora de Albert Celades. El pasado verano Marcelino dijo en rueda de prensa -algunas veces de manera velada y otras de manera directa- que no contaba con él, que venía de segunda división y que el Valencia CF lo que buscaba era competir en la Champions. Manu se aisló de eso porque su objetivo entonces era salvar el corte y quedarse en el primer equipo. En su carrera de obstáculos hasta el éxito superó el primero, y la llegada de Celades le ha servido para seguir superando los siguientes.

Entró en la primera convocatoria de Liga ante la Real Sociedad pero solo fue un espejismo porque luego estuvo hasta cinco encuentros sin ir convocado hasta que por fin llegó el día del debut. Fue ante el Athletic en San Mamés, jugó 21 minutos y en ellos quedó claro cuál podía ser su aportación al equipo, cuando entró el partido el Valencia CF ganaba 0-1 y el Athletic apretaba, y ante ese panorama, se puso a trabajar como el que más. Energía, ilusión y trabajo. Es la receta que le permitió volver a tener minutos ante el Alavés. Al partido siguiente no jugó ni un minuto ante el Atlético de Madrid y después se quedó fuera de la lista de El Sadar. Posiblemente fue el peor partido del Valencia CF de Celades, -perdió 3-1 dando una muy pobre imagen-, pero curiosamente, desde entonces, Manu lo ha jugado todo -ante Sevilla, Espanyol y Lille en Champions- hasta culminar con el partido clave; Valencia-Granada con él de titular en la banda izquierda.

Y en esa titularidad está precisamente la metáfora de Manu Vallejo y Celades. El técnico lanzó un mensaje interno: el que tiene ilusión, trabaja y rinde, encuentra su premio. Curiosamente, ese día el Valencia CF hizo, junto al de San Mamés, el partido más completo desde que llegó el técnico andorrano. El vestuario recibió el mensaje, se llama meritocracia. La misma que Celades ha aplicado con Ferran Torres. En lo futbolístico Manu es un soplo de aire fresco que el aficionado ha detectado y en poco tiempo ha demostrado que puede ser útil al equipo, que fue otra de las cosas que convenció a Longoria, su rápida adaptación a la segunda división desde el juvenil del Cádiz. Bien pronto demostró que podía ayudar. En lo futbolístico Vallejo ha empezado en la banda izquierda a pierna cambiada, que es donde brilló en el juvenil del Cádiz, pero es un futbolista que puede jugar en más posiciones. De momento, su obligación es aportar y ser útil al equipo, complementar y no protagonizar ni liderar, por ello, arrancar desde la banda le ayuda. Jugar de segundo delantero en el Valencia CF te obliga, sobre todo, a marcar goles, y él de momento solo está para sumar. Eso sí, y aunque se puede afirmar que sus competidores por la banda izquierda siguen estando por encima de él por una cuestión de estatus -sobre todo Guedes y Cheryshev-, desde el punto de vista de los méritos, él fue titular ante el Granada por méritos propios, no porque el portugués y el ruso estén lesionados.

Hace unas semanas SUPER charló con él en una entrevista y posiblemente sin que nadie se diera cuenta, mostró su gran secreto cuando se le peguntó si es verdad que ayudaba a sus padres en el negocio familiar que tienen dedicado a la hostelería en su Chiclana natal: "Sí, es verdad, no tenía ningún problema en echarle una mano porque tenemos el bar a lado de casa. Muchas veces cuando había demasiada gente veía a mis padres rebasados de trabajo y no dudé en ayudarles... tampoco sabía lo que el fútbol me iba a deparar. Si llegó a saber que en el futuro iba a venir al Valencia CF no les hubiera ayudado (bromea). El ver a tus padres liados siempre me obligaba a echarles una mano". Del partido ante el Granada queda una imagen de Manu, tendido en el suelo en los minutos finales y tocándose las piernas, las dos piernas, tenía rampas de tanto correr y no parecía acertar cuál le dolía más...

En este enlace puedes leer la entrevista de SUPER a Manu Vallejo.

El día en que SUPER desveló que el Valencia CF estaba detrás de Manu Vallejo.

El enfado de una Peña del Cádiz con el Valencia CF por Manu Vallejo.