A sólo cuatro días de la gran cita, el Valencia CF se fue del Villamarín con la sensación de haber limitado su plan al lanzamiento de una moneda al aire. Pudo salir cara cuando Kang In, rescatado in extremis del banquillo, pisó el césped a tiempo de chutar a la madera. Pero fue cruz y tampoco es que cogiese a nadie de improviso (consulta la clasificación de LaLiga). Pese a la imagen de Celades desde la banda pidiendo calma a su equipo, patas arriba y descuadrado, el Betis supo cómo agitar el partido y extraer petróleo de un cúmulo de imprecisiones con el balón, pesado como el plomo para los centrocampistas. Fekir, un suspiro antes que Kang In, también se chocó con el larguero. Una más de las situaciones que terminaron desembocando, sobre la bocina, en la falta que Canales materializó en el minuto 94. Un tiro envenenado que, por eso de que la remontada no fue fortuita, afeó las hasta entonces oportunas intervenciones de Cillessen.

Pasó el Betis, que a poco que sopló fue un tornado, y ahora toca el Chelsea, la Champions y Mestalla, in that order. Una final anticipada a la que, más allá de las bajas, hay que llegar con la lección de la derrota en Sevilla aprendida. Sobre todo porque ni el rival ni el contexto van a dar la opción que hasta el último segundo sí que dio el Betis, la de salir indemne de un partido sin rumbo, orden ni concierto. Es momento, sin duda, de controlar en todos los sentidos: el tempo, la propuesta y, sobre todo, los puntos débiles. En especial los que brotan por los costados. Y es que teniendo en cuenta que las cosas tampoco le salieron por el izquierdo, lo mejor y lo peor del Valencia, con un Wass en la sala de máquinas como comodín de urgencia, llegó casi siempre por el derecho. Aunque todos los ojos estaban puestos en la medular, donde tampoco Parejo tuvo el día, el partido se decantó por los dos lados.

Responsable de los mejores destellos aunque carente también de la pausa que hacía falta, Ferran se marcó un jugadón que terminó en nada pero que cuando subió al marcador parecía mucho, sobre todo para incendiar el ambiente en un estadio en el que Rubi se la jugaba. El gol lo marcó Maxi, infalible al primer toque en el área, pero en caso de fallarlo habría sido penalti por mano previa de Sidnei. Por contra, a la espalda de Ferran es donde estaba la peor vía de agua. Antes de aparecer Canales, la más fea era Álex Moreno y con ella, jugando a pierna cambiada, le tocaba bailar al sacrificado Costa.

Consciente de la situación, Rubi puso ahí el acento de su estrategia, a la postre su mejor aval como técnico. Álex percutió una y otra vez hasta que, al enésimo intento, sacó del sitio a su par, que se precipitó en el corte. La jugada la terminó el incombustible Joaquin, su socio en la banda, al que Parejo acompañó con la mirada. El empate no fue más que la historia de un gol anunciado con el que el Valencia, al filo del descanso, se metió en un jardín. Con los pies de barro, el tramo que fue del el empate hasta el final del primer acto fue un suplicio. Que Cillessen tuviese que meter una mano abajo para desviar lo que habría sido el segundo es el mejor resumen de hasta qué punto hacía falta una tregua.

Pese a tener el foco en la derecha, en la izquierda también hubo tomate. Manu Vallejo, que si acaso lo hizo al cuello, le echó pocas manos a Gayá, y eso que aun así el lateral fue de los más activos y profundos. Su concurso resultó notable en el inicio, cuando los centrales eran noticia por sus remates antes que por sus despejes. Sobre todo Mangala, que en su primer partido pasó de rozar el gol a favor a estar en el ojo del huracán por un salto en el que, arriesgando demasiado, Loren le hizo la cama. Obligado a escoger entre el riesgo de forzar a Garay o el de alinear por primera vez a un jugador inédito en año y medio, Celades se decantó por lo segundo. El técnico, con lo que le quedaba y sin un Rodrigo que se fue dejando un taconazo como principal y casi exclusiva aportación, trató de irse a por la victoria con los cambios. Pero sin patrón de juego la apuesta fue un intento al azar con la moneda al aire. No fue él sino Rubi, quien más la buscaba, el que encontró la suerte.

[No te pierdas el vídeo, las notas y estadísticas completas del Betis-Valencia, en un click]

Ficha técnica:

2 - Betis: Joel Robles; Emerson, Mandi, Edgar (Borja Iglesias, m.69), Sidnei (Barragán, m.77), Álex Moreno; Joaquín, Guardado, Canales, Fekir; y Loren Morón (Pedraza, m.81).

1 - Valencia: Cillessen; Costa, Mangala, Paulista, Gayá; Ferrán Torres (Kang In, m.86), Wass, Parejo, Manu Vallejo (Gameiro, m.65); Rodrigo (Carlos Soler, m.75) y Maxi Gómez.

Goles: 0-1, M.32: Maxi Gómez. 1-1, M.37: Joaquín. 2-1, M.94: Canales.

Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a los locales Edgar (m.32) y Álex Moreno (m.63) y a los visitantes Wass (M.57) y Gayá (m.93).

Incidencias: Partido de la decimocuarta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Benito Villamarín ante cerca de 47.000 espectadores. Asistió al partido, aunque no desde el palco de autoridades, Lorenzo Serra Ferrer, exentrenador del Betis y que hasta la conclusión de la pasada temporada ejerció como vicepresidente deportivo de la entidad, de la que salió tras no llegar a un acuerdo para seguir vinculado al club. Antes del encuentro el 'ocho con timonel' del Betis que el pasado 9 de noviembre ganó la tradicional regata de remo 'Sevilla-Betis' fue homenajeado en el césped del estadio.